La solicitud formal se hizo el viernes, en tanto para el 2 de julio deberán depositarse los documentos para autorizar a Giampiero Fiorina –amo del BPL y amigo de Antonio Fazio, todavìa jefe del central- a llevar a 29,5% su participación en el paquete Banca Antoniana Popolare Veneta. Esta entidad es objeto de una oferta pública accionaria por parte del holandés ABN Amro, anterior y más seria.
En realidad, ABN ya confirmó la OPA. Pero Fazio –operando para Fiorina, como denunció el gobierno holandés- le niega permiso para elevar su propia participación en el paquete. Ante tantas irregularidades, ABN se reservó el derecho de iniciar acciones contra Banca d’Italia y solicitó al tribunal de Lacio invalidar las resoluciones de Fazio. Si eso ocurriese, el banco central podría quedarse sin presidente.
Entre las razones esgrimidas por el tribunal, figura la “falta de evidencias sobre dictámenes técnicos avalando las medidas de Banca d’Italia en favor de BPL. Tampoco se observa congruencia en la cobertura patrimonial que debiera garantir la operación de compra”. Dicho de otro modo, esto puede desembocar en un escándalo internacional.
Por cierto, el tribunal latino no entiende cómo Banca d’Italia ha verificado la solidez patrimonial de BPL, antes de autorizar a Fiorani para comprometer € 2.000 millones para llegar a ese 29,5% del paquete AntonVeneta. Todo este lío deberá aclararse el 13 de julio ante el tribunal. Pero, entretanto, las fiscalías de Roma y Milán siguen investigando a Fiorina, el especulador financiero Emilio Gnutti, socios y allegados –varios de ellos, amigos de Silvio Berlusconi- por maniobras dolosas para quedarse con AntonVeneta. Entre ellas, imponer una junta directiva que acaba de ser invalidada por la justicia y la Commissione nazionale per società e borse (Consob).
La solicitud formal se hizo el viernes, en tanto para el 2 de julio deberán depositarse los documentos para autorizar a Giampiero Fiorina –amo del BPL y amigo de Antonio Fazio, todavìa jefe del central- a llevar a 29,5% su participación en el paquete Banca Antoniana Popolare Veneta. Esta entidad es objeto de una oferta pública accionaria por parte del holandés ABN Amro, anterior y más seria.
En realidad, ABN ya confirmó la OPA. Pero Fazio –operando para Fiorina, como denunció el gobierno holandés- le niega permiso para elevar su propia participación en el paquete. Ante tantas irregularidades, ABN se reservó el derecho de iniciar acciones contra Banca d’Italia y solicitó al tribunal de Lacio invalidar las resoluciones de Fazio. Si eso ocurriese, el banco central podría quedarse sin presidente.
Entre las razones esgrimidas por el tribunal, figura la “falta de evidencias sobre dictámenes técnicos avalando las medidas de Banca d’Italia en favor de BPL. Tampoco se observa congruencia en la cobertura patrimonial que debiera garantir la operación de compra”. Dicho de otro modo, esto puede desembocar en un escándalo internacional.
Por cierto, el tribunal latino no entiende cómo Banca d’Italia ha verificado la solidez patrimonial de BPL, antes de autorizar a Fiorani para comprometer € 2.000 millones para llegar a ese 29,5% del paquete AntonVeneta. Todo este lío deberá aclararse el 13 de julio ante el tribunal. Pero, entretanto, las fiscalías de Roma y Milán siguen investigando a Fiorina, el especulador financiero Emilio Gnutti, socios y allegados –varios de ellos, amigos de Silvio Berlusconi- por maniobras dolosas para quedarse con AntonVeneta. Entre ellas, imponer una junta directiva que acaba de ser invalidada por la justicia y la Commissione nazionale per società e borse (Consob).