Bolsas :inician la semana retomando un claro perfil negativo descenso

Mientras Wall Street pierde entre 0,9 y 2,05%, los mercados en desarrollo tornan a ceder. Nuevamente el tipo a 10 años está a menos de 5% anual. Si la Reserva Federal sube a 5,25% la tasa básica, superará también la T-30 (12-IV).

12 junio, 2006

Los mercados de riesgo comenzaron la semana emitiendo señales cruzadas. Mientras los crudos tejano alfojaban a US$ 70,50 el barril, el euro cedía a US$ 1,26 y el oro a 611 la onza. Por su parte, el promedio bursátil en India perdía 3,4%, 3,01% en Latinoamérica, 4,33% en San Pablo y 4,55% en Buenos AIres.

Naturalmente, los analistas no se ven nada conformes. El alza coyuntural mostrada por los bonos de Tesorería –pese al rebote del dólar, otro rasgo contradictorio- hace que la T-10 haya cedido hasta 4,983% anual. El tipo corto referencial está en 5% y, según anticipa el mercado, pasará en algunos días a 5,25%. Al respecto, algunos analistas ajenos a Wall Street creen el emisor debiera olvidar su “obsesión inflacionaria” y suspender ya los ajustes.

Esta anomalía entre tasas se dio anteriormente en circunstancias muy preocupantes: vísperas del cese de pagos ruso y colapso de Long Term Capital Management, en 1998. Cabe recordar que ese fondo lo manejaban dos sinvergüenzas que habían obtenido, poco antes, el Nobel menos merecido de la historia. Ningún medio especializado dijo una palabra ni exigió que se les retirara el premio.

Desde ese punto, la relación inversa entre tasas cortas y largas se repitió algunas veces hasta inicios de 2001. O sea, mientras duraba la burbuja puntocom en Wall Street. Después, hubo una recesión que llegó a 2002, más tarde seguida de sucesivas rebajas en el tipo básico, hasta el piso de 1% en 2004 (un regreso a julio de 1958). Como se ve, la RF viene siendo cualquier cosa menos proactiva.

En la actual fase, inclusive cayeron las letras a cinco años. Por ende, abundan los expertos que temen una apreciable desaceleración económica en Estados Unidos. Eso se da contra la ola de optimismo a medida generada, desde Hacienda, por Henry Paulson (parece más un operador de Goldman Sachs que un funcionario serio). Esta negación de los hechos llegá al palido comunicado –el sábado- que cerró la reunión preparatoria del encuentro en julio del Grupo de los 8. No faltan quienes sugieren ahora postergarlo sin fecha.

En otras palabras, la volatilidad de los mercados especulativos puede tener para un buen rato, en tanto la disparidad se mantenga o se acentúe cuando, antes de terminar el mes, la RF eleve su tasa a 5,25% anual. Ahora bien, queda por verse qué sucederá cuando operadores, inversores y apostadores tomen ganancias (o pérdidas). Algunas plaza secundarias llegan a esta coyuntura con buenos números fiscales, altas reservas en divisas o ambas cosas. Pero Estados Unidos y la Eurozona muestran un perfil opuesto y sus bancos centrales se aferran a un monetarismo contraproducente.

Los mercados de riesgo comenzaron la semana emitiendo señales cruzadas. Mientras los crudos tejano alfojaban a US$ 70,50 el barril, el euro cedía a US$ 1,26 y el oro a 611 la onza. Por su parte, el promedio bursátil en India perdía 3,4%, 3,01% en Latinoamérica, 4,33% en San Pablo y 4,55% en Buenos AIres.

Naturalmente, los analistas no se ven nada conformes. El alza coyuntural mostrada por los bonos de Tesorería –pese al rebote del dólar, otro rasgo contradictorio- hace que la T-10 haya cedido hasta 4,983% anual. El tipo corto referencial está en 5% y, según anticipa el mercado, pasará en algunos días a 5,25%. Al respecto, algunos analistas ajenos a Wall Street creen el emisor debiera olvidar su “obsesión inflacionaria” y suspender ya los ajustes.

Esta anomalía entre tasas se dio anteriormente en circunstancias muy preocupantes: vísperas del cese de pagos ruso y colapso de Long Term Capital Management, en 1998. Cabe recordar que ese fondo lo manejaban dos sinvergüenzas que habían obtenido, poco antes, el Nobel menos merecido de la historia. Ningún medio especializado dijo una palabra ni exigió que se les retirara el premio.

Desde ese punto, la relación inversa entre tasas cortas y largas se repitió algunas veces hasta inicios de 2001. O sea, mientras duraba la burbuja puntocom en Wall Street. Después, hubo una recesión que llegó a 2002, más tarde seguida de sucesivas rebajas en el tipo básico, hasta el piso de 1% en 2004 (un regreso a julio de 1958). Como se ve, la RF viene siendo cualquier cosa menos proactiva.

En la actual fase, inclusive cayeron las letras a cinco años. Por ende, abundan los expertos que temen una apreciable desaceleración económica en Estados Unidos. Eso se da contra la ola de optimismo a medida generada, desde Hacienda, por Henry Paulson (parece más un operador de Goldman Sachs que un funcionario serio). Esta negación de los hechos llegá al palido comunicado –el sábado- que cerró la reunión preparatoria del encuentro en julio del Grupo de los 8. No faltan quienes sugieren ahora postergarlo sin fecha.

En otras palabras, la volatilidad de los mercados especulativos puede tener para un buen rato, en tanto la disparidad se mantenga o se acentúe cuando, antes de terminar el mes, la RF eleve su tasa a 5,25% anual. Ahora bien, queda por verse qué sucederá cuando operadores, inversores y apostadores tomen ganancias (o pérdidas). Algunas plaza secundarias llegan a esta coyuntura con buenos números fiscales, altas reservas en divisas o ambas cosas. Pero Estados Unidos y la Eurozona muestran un perfil opuesto y sus bancos centrales se aferran a un monetarismo contraproducente.

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