Aunque a sus campeones locales no les guste, la globalización suele acarrear esos efectos. Debido a la medida dictada desde Beijing, cayeron los principales paneles accionarios y financieros alrededor del planeta. Inclusive las plazas en desarrollo y las marginales mostraban el martes abruptos retrocesos.
Sin duda, el desplome histórico de las grandes plazas chinas era el detonante. Aunque algunos medios se empeñasen en que habían influido opiniones del jubilado Alan Greenspan. Tanto el Dow Jones industrial, clave neoyorquina, como el Bovespa brasileño (índice central en Sudamérica) o los pequeños Merval porteño e IPSA chileno sintieron el cimbronazo.
La principal causa no es, claro, el alza del efectivo mínimo para la banca china, sino la preocupación por el doble déficit de la economía estadounidense: US$ 800.000 millones en pagos externos, 760.000 millones en intercambio. A eso se suman las señales bélicas de Estados Unidos vis-à-vis Irán y las complicaciones en el frente afgano pakistaní (el mismo lunes, los talibán atentaban contra el vicepresidente Richard Cheney). En ese cuadro apareció el derrumbe de las acciones chinas, el mayor caída en un día de los últimos diez años.
Shangai marcó más de 8,8% de baja. En tanto, en Shenzhen el índice general bajaba 9,3%. Por supuesto, los papeles de bancos comerciales se hundieron tras la decisión del Banco popular (central). Adoptaba el domingo 25, recién entraba el martes en vigencia y aumenta hasta 10% por ciento el encaje total sobre los depósitos. Debe recordarse que el sistema financiero chino mantiene más de US$ 730.000 millones en carteras incobrables, por lo cual su liquidez es limitada.
Mientras el Merval cedía 7,5%, tras lograr el lunes el enésimo máximo absoluto, el Bovespa perdía 6,6%. Por su parte, la bolsa mexicana retrocedía 3,4%. En Nueva York, los descensos orillaban 3,3% (Dow Jones industrial), 2,9% (Standard&Poor’s 500) y 4% (Nasdaq compuesto).
La bolsa de Londres reflejaba una caída de 2,3% en el FTSE. En la plaza española el Ibex-35 perdía 3%. Mientras, Milán se desplomaba también 3%, con –2,15% en Amsterdam, –2,5% en París y –3% Fráncfort. Fue una jornada por momentos histérica.
Aunque a sus campeones locales no les guste, la globalización suele acarrear esos efectos. Debido a la medida dictada desde Beijing, cayeron los principales paneles accionarios y financieros alrededor del planeta. Inclusive las plazas en desarrollo y las marginales mostraban el martes abruptos retrocesos.
Sin duda, el desplome histórico de las grandes plazas chinas era el detonante. Aunque algunos medios se empeñasen en que habían influido opiniones del jubilado Alan Greenspan. Tanto el Dow Jones industrial, clave neoyorquina, como el Bovespa brasileño (índice central en Sudamérica) o los pequeños Merval porteño e IPSA chileno sintieron el cimbronazo.
La principal causa no es, claro, el alza del efectivo mínimo para la banca china, sino la preocupación por el doble déficit de la economía estadounidense: US$ 800.000 millones en pagos externos, 760.000 millones en intercambio. A eso se suman las señales bélicas de Estados Unidos vis-à-vis Irán y las complicaciones en el frente afgano pakistaní (el mismo lunes, los talibán atentaban contra el vicepresidente Richard Cheney). En ese cuadro apareció el derrumbe de las acciones chinas, el mayor caída en un día de los últimos diez años.
Shangai marcó más de 8,8% de baja. En tanto, en Shenzhen el índice general bajaba 9,3%. Por supuesto, los papeles de bancos comerciales se hundieron tras la decisión del Banco popular (central). Adoptaba el domingo 25, recién entraba el martes en vigencia y aumenta hasta 10% por ciento el encaje total sobre los depósitos. Debe recordarse que el sistema financiero chino mantiene más de US$ 730.000 millones en carteras incobrables, por lo cual su liquidez es limitada.
Mientras el Merval cedía 7,5%, tras lograr el lunes el enésimo máximo absoluto, el Bovespa perdía 6,6%. Por su parte, la bolsa mexicana retrocedía 3,4%. En Nueva York, los descensos orillaban 3,3% (Dow Jones industrial), 2,9% (Standard&Poor’s 500) y 4% (Nasdaq compuesto).
La bolsa de Londres reflejaba una caída de 2,3% en el FTSE. En la plaza española el Ibex-35 perdía 3%. Mientras, Milán se desplomaba también 3%, con –2,15% en Amsterdam, –2,5% en París y –3% Fráncfort. Fue una jornada por momentos histérica.