Ahora, Benjamin Bernanke cambió de libreto y sostiene que un dólar débil puede reactivar la economía norteamericana reduciendo el déficit de comercio exterior vía más exportaciones. Un indicador (bolsa de Chicago) señala que el dólar al mínimo de 1973 contra una canasta de seis monedas.
Naturalmente, las palabras de Bernanke hacen descontar a los analistas una rebaja de medio punto en tasas referenciales para el 18 de este mes. Por tanto, el tipo básico cedería de 3 a 2,5% anual y el redescuento de 4 a 3,5%. No obstante, las expectativas no impidieron que, este viernes, los tres principales paneles de Wall Street bajasen entre 2,5 y 2,7%.
La moneda estadounidense perdió en febrero 2,1% ante el euro. A su vez, éste está 30% sobre su primera cotización en 1999 (US$ 1,17) y 84% sobre su piso absoluto, US$ 0,823, octubre de 2000.
Parte de esas contradicciones deriva de señales opuestas. Henry Paulson, secretario de hacienda, insiste en que “el presidente George W.Bush quiere un dólar fuerte”. Por el contrario, ante el senado Bernanke no parecía más preocupado por el enfriamento económico que por la caída de la divisa.
Ahora, Benjamin Bernanke cambió de libreto y sostiene que un dólar débil puede reactivar la economía norteamericana reduciendo el déficit de comercio exterior vía más exportaciones. Un indicador (bolsa de Chicago) señala que el dólar al mínimo de 1973 contra una canasta de seis monedas.
Naturalmente, las palabras de Bernanke hacen descontar a los analistas una rebaja de medio punto en tasas referenciales para el 18 de este mes. Por tanto, el tipo básico cedería de 3 a 2,5% anual y el redescuento de 4 a 3,5%. No obstante, las expectativas no impidieron que, este viernes, los tres principales paneles de Wall Street bajasen entre 2,5 y 2,7%.
La moneda estadounidense perdió en febrero 2,1% ante el euro. A su vez, éste está 30% sobre su primera cotización en 1999 (US$ 1,17) y 84% sobre su piso absoluto, US$ 0,823, octubre de 2000.
Parte de esas contradicciones deriva de señales opuestas. Henry Paulson, secretario de hacienda, insiste en que “el presidente George W.Bush quiere un dólar fuerte”. Por el contrario, ante el senado Bernanke no parecía más preocupado por el enfriamento económico que por la caída de la divisa.