jueves, 28 de noviembre de 2024

Relación entre empresa y tecnología

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Cualquiera sea su rama de actividad, cada empresa está dedicada a la tecnología informática. En ese contexto, la escasez de trabajadores inteligentes afecta globalmente el funcionamiento de las empresas.

Ninguna industria puede mantenerse al margen de la tecnología. Pero la brecha entre los que saben cómo funciona una empresa y aquellos que tienen una capacitación en ciencia o tecnología plantea un nuevo interrogante para la empresa actual. O por lo menos para los ejecutivos norteamericanos.

En un estudio realizado con líderes de empresas, que incluyó a la mitad de las compañías mencionadas en el ranking Fortune 500, realizado por la escuela de graduados de Cornell hace dos años, 53% contestó que por lo menos la mitad de sus gerentes senior eran expertos en tecnología. Sin embargo, agregaron que sus compañías podrían ser más competitivas si un mayor número de esos ejecutivos tuviera habilidades tecnológicas. Estos hallazgos indican que los gerentes no son tan eficientes como deberían serlo, pero, además, que se pueden perder oportunidades comerciales debido a su imposibilidad para comprender las consecuencias de nuevas tecnologías, materiales y procesos.

Por ejemplo, muchas veces el CEO no comprende al ejecutivo de información (CIO) cuando discuten sobre tecnología y cómo ella puede afectar los resultados de la empresa. El problema se torna especialmente importante en las compañías que contratan a un CIO por primera vez, y en aquellas que recién toman conciencia de que existe información –entre la que se incluye información para el cliente y sobre materiales, capacidades y patentes– que puede generar ingresos.

El papel de un CIO, no es solamente minimizar los costos utilizando una tecnología más eficiente, sino aumentar el valor de la compañía para los accionistas convirtiendo los datos disponibles en potenciales generadores de ganancias.

Esto también significa utilizar los datos existentes en forma inteligente. En lugar de ver cómo pueden contener sus costos, las compañías deben también observar la forma en que pueden generar ingresos utilizando las nuevas tecnologías.

El tema de la idoneidad tecnológica nada tiene que ver con el funcionamiento de tuercas y tornillos, sino con la capacidad que pueda desarrollar un empleado para utilizar la tecnología –o aprender a usarla– y reconocer el potencial de los avances tecnológicos para el crecimiento de la compañía. Esto significa comprender cómo Internet puede afectar a su empresa o cómo un material de reciente desarrollo, como un nuevo tipo de plástico o una mejora en el hormigón, puede permitirle ingresar a un nuevo mercado con productos de avanzada.

Los profesionales que combinen su conocimiento técnico o científico con su capacitación en la empresa podrán convertirse en una nueva elite de trabajadores con varias áreas de experiencia que los diferencia. Las empresas necesitan ejecutivos que comprendan los nuevos temas a medida que surjan y que puedan expresar las necesidades de investigación y desarrollo de productos y servicios, y empleados que comprendan los manuales operativos para poner en funcionamiento y realizar las tareas de mantenimiento de los equipos.

Cambio en el trabajo

La brecha existente en las habilidades básicas ha sido un problema en muchas industrias que tradicionalmente contaron con una fuerza laboral poco capacitada. Pero la naturaleza del trabajo en el mundo está cambiando. En Estados Unidos, en la década de los ’50 no se necesitaba demasiada capacitación para realizar alrededor de 60% de todos los trabajos. Hoy en día, solamente 25% del personal no está calificado y se espera que esa cifra disminuya a 15% hacia el final de esta década, de acuerdo con la Pittsburgh Regional Alliance, un grupo dedicado al desarrollo de empresas.

Ese concepto se ve reforzado por los resultados de un informe sobre la creación de puestos de trabajo y oportunidades económicas, realizado en abril de 1996 por el Consejo de Asesores Económicos y la Jefatura Económica del Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Dicho informe concluyó que dos tercios de los puestos de trabajo creados entre febrero de 1994 y febrero de 1996 recibieron una remuneración por encima del sueldo promedio. Los profesionales que se vieron beneficiados con los mayores índices de crecimiento fueron los supervisores de ventas, los electricistas, los gerentes de publicidad y marketing y los ingenieros eléctricos y electrónicos.

En las compañías dedicadas a la alta tecnología, los niveles de habilidades también han aumentado y se ha desarrollado una necesidad de capacitación adicional. De acuerdo con las palabras de Bill Gates durante un simposio para CEOs realizado en mayo del año pasado: “El tema que en la actualidad detiene el crecimiento de Microsoft es lo que nos cuesta contratar la gente que queremos para desarrollar nuestro equipo de investigación”. Se dice que Microsoft contrata solamente 2% de los postulantes que aspiran a trabajar en la compañía, aunque ésta nunca confirmó esa cifra. Cualquiera podría pensar que existe una gran abundancia de talentos disponibles.

El hecho de que las compañías dedicadas a la alta tecnología sufran la falta de trabajadores calificados no significa que exista una escasez de postulantes con calificaciones. En 1994, las universidades de Estados Unidos otorgaron 51.000 títulos en computación. Ese mismo año, la Oficina de Estadísticas Laborales estimó que la industria de software necesitaba alrededor de 40.000 nuevos empleados y más de 30.000 programadores extranjeros recibieron visas de trabajo en Estados Unidos.

Muchos empleados recién ingresados son neófitos funcionales en términos de tecnología. Los recién graduados tienen menos posibilidades que los empleados experimentados para saber cómo se utiliza el software de una empresa, pero probablemente tienen la capacidad para aprender esas aplicaciones más rápidamente.

Los graduados con títulos de ingeniería o de ciencias son técnicamente más aptos que lo que se cree. Pero los conocimientos de tecnología cliente-servidor no se enseñan en la universidad, de manera que los graduados deben aprenderlas en su lugar de trabajo. La universidad es para aprender la teoría. Está bien, pero debe haber una transición hacia la empresa, como una residencia o experiencias aplicadas.

Otra de las causas para la escasez de talentos es la insistencia de las compañías en el sentido de que el nuevo personal no solamente tiene que poseer las habilidades más actuales, sino que debe contar con la experiencia de trabajo para usarlas. Sin embargo, esas habilidades cambian todos los años.

Más allá de los temas relacionados con las habilidades, la disponibilidad y la economía también contribuyen a la percibida escasez. Esta combinación lleva a muchas firmas a abrir oficinas de desarrollo en el exterior o a buscar socios internacionales.

Las universidades más importantes de computación y los programas de MBA están tratando de enfrentar los cambios que surgirán en los próximos 20 años.

Ninguna industria puede mantenerse al margen de la tecnología. Pero la brecha entre los que saben cómo funciona una empresa y aquellos que tienen una capacitación en ciencia o tecnología plantea un nuevo interrogante para la empresa actual. O por lo menos para los ejecutivos norteamericanos.

En un estudio realizado con líderes de empresas, que incluyó a la mitad de las compañías mencionadas en el ranking Fortune 500, realizado por la escuela de graduados de Cornell hace dos años, 53% contestó que por lo menos la mitad de sus gerentes senior eran expertos en tecnología. Sin embargo, agregaron que sus compañías podrían ser más competitivas si un mayor número de esos ejecutivos tuviera habilidades tecnológicas. Estos hallazgos indican que los gerentes no son tan eficientes como deberían serlo, pero, además, que se pueden perder oportunidades comerciales debido a su imposibilidad para comprender las consecuencias de nuevas tecnologías, materiales y procesos.

Por ejemplo, muchas veces el CEO no comprende al ejecutivo de información (CIO) cuando discuten sobre tecnología y cómo ella puede afectar los resultados de la empresa. El problema se torna especialmente importante en las compañías que contratan a un CIO por primera vez, y en aquellas que recién toman conciencia de que existe información –entre la que se incluye información para el cliente y sobre materiales, capacidades y patentes– que puede generar ingresos.

El papel de un CIO, no es solamente minimizar los costos utilizando una tecnología más eficiente, sino aumentar el valor de la compañía para los accionistas convirtiendo los datos disponibles en potenciales generadores de ganancias.

Esto también significa utilizar los datos existentes en forma inteligente. En lugar de ver cómo pueden contener sus costos, las compañías deben también observar la forma en que pueden generar ingresos utilizando las nuevas tecnologías.

El tema de la idoneidad tecnológica nada tiene que ver con el funcionamiento de tuercas y tornillos, sino con la capacidad que pueda desarrollar un empleado para utilizar la tecnología –o aprender a usarla– y reconocer el potencial de los avances tecnológicos para el crecimiento de la compañía. Esto significa comprender cómo Internet puede afectar a su empresa o cómo un material de reciente desarrollo, como un nuevo tipo de plástico o una mejora en el hormigón, puede permitirle ingresar a un nuevo mercado con productos de avanzada.

Los profesionales que combinen su conocimiento técnico o científico con su capacitación en la empresa podrán convertirse en una nueva elite de trabajadores con varias áreas de experiencia que los diferencia. Las empresas necesitan ejecutivos que comprendan los nuevos temas a medida que surjan y que puedan expresar las necesidades de investigación y desarrollo de productos y servicios, y empleados que comprendan los manuales operativos para poner en funcionamiento y realizar las tareas de mantenimiento de los equipos.

Cambio en el trabajo

La brecha existente en las habilidades básicas ha sido un problema en muchas industrias que tradicionalmente contaron con una fuerza laboral poco capacitada. Pero la naturaleza del trabajo en el mundo está cambiando. En Estados Unidos, en la década de los ’50 no se necesitaba demasiada capacitación para realizar alrededor de 60% de todos los trabajos. Hoy en día, solamente 25% del personal no está calificado y se espera que esa cifra disminuya a 15% hacia el final de esta década, de acuerdo con la Pittsburgh Regional Alliance, un grupo dedicado al desarrollo de empresas.

Ese concepto se ve reforzado por los resultados de un informe sobre la creación de puestos de trabajo y oportunidades económicas, realizado en abril de 1996 por el Consejo de Asesores Económicos y la Jefatura Económica del Departamento de Trabajo de Estados Unidos. Dicho informe concluyó que dos tercios de los puestos de trabajo creados entre febrero de 1994 y febrero de 1996 recibieron una remuneración por encima del sueldo promedio. Los profesionales que se vieron beneficiados con los mayores índices de crecimiento fueron los supervisores de ventas, los electricistas, los gerentes de publicidad y marketing y los ingenieros eléctricos y electrónicos.

En las compañías dedicadas a la alta tecnología, los niveles de habilidades también han aumentado y se ha desarrollado una necesidad de capacitación adicional. De acuerdo con las palabras de Bill Gates durante un simposio para CEOs realizado en mayo del año pasado: “El tema que en la actualidad detiene el crecimiento de Microsoft es lo que nos cuesta contratar la gente que queremos para desarrollar nuestro equipo de investigación”. Se dice que Microsoft contrata solamente 2% de los postulantes que aspiran a trabajar en la compañía, aunque ésta nunca confirmó esa cifra. Cualquiera podría pensar que existe una gran abundancia de talentos disponibles.

El hecho de que las compañías dedicadas a la alta tecnología sufran la falta de trabajadores calificados no significa que exista una escasez de postulantes con calificaciones. En 1994, las universidades de Estados Unidos otorgaron 51.000 títulos en computación. Ese mismo año, la Oficina de Estadísticas Laborales estimó que la industria de software necesitaba alrededor de 40.000 nuevos empleados y más de 30.000 programadores extranjeros recibieron visas de trabajo en Estados Unidos.

Muchos empleados recién ingresados son neófitos funcionales en términos de tecnología. Los recién graduados tienen menos posibilidades que los empleados experimentados para saber cómo se utiliza el software de una empresa, pero probablemente tienen la capacidad para aprender esas aplicaciones más rápidamente.

Los graduados con títulos de ingeniería o de ciencias son técnicamente más aptos que lo que se cree. Pero los conocimientos de tecnología cliente-servidor no se enseñan en la universidad, de manera que los graduados deben aprenderlas en su lugar de trabajo. La universidad es para aprender la teoría. Está bien, pero debe haber una transición hacia la empresa, como una residencia o experiencias aplicadas.

Otra de las causas para la escasez de talentos es la insistencia de las compañías en el sentido de que el nuevo personal no solamente tiene que poseer las habilidades más actuales, sino que debe contar con la experiencia de trabajo para usarlas. Sin embargo, esas habilidades cambian todos los años.

Más allá de los temas relacionados con las habilidades, la disponibilidad y la economía también contribuyen a la percibida escasez. Esta combinación lleva a muchas firmas a abrir oficinas de desarrollo en el exterior o a buscar socios internacionales.

Las universidades más importantes de computación y los programas de MBA están tratando de enfrentar los cambios que surgirán en los próximos 20 años.

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