Libros para lectores naive

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Las ventas millonarias de libros como “¿Quién se ha llevado mi queso?” de Spencer Jonson, muestran que hay un gran mercado para libros empresariales que, con lenguaje y analogías simples, dan a la gente la llave para abrir la puerta del éxito.

En el campo de la literatura empresarial, las ventas revelan que hay mucha gente
ávida de fórmulas mágicas. Esa comprobación genera la publicación de cada vez
más libros escritos, según opiniones académicas, casi exclusivamente para ganar
dinero.

En esta amplia gama de títulos figura el titulado “Winnie-the-Poo on Management”,
de Roger E. Allen, que da consejos como éste:

The
manager, manager
A leader must be
That´s most important
As we all can see
Gerente,
gerente
L íder has de ser
Es tan importante
Que todos lo ven

Reflexiones como ésta bastaron para convencer al editor de publicar un segundo
título: “Winnie-the Poo on Success“.

Luego está “Leadership Secrets of Attila the Hun” (Secretos de liderazgo
de Atila, rey de los Hunos), aquel bárbaro que desde las estepas del mar Caspio
arrasó con cuanto se interponía a su camino hasta lograr que el Imperio Romano
le pagara tributos anuales. Su autor, Wess Roberts, identifica los “secretos”
de Atila para convertirlos en normas a seguir:
a) un líder siempre debe ponerse al frente de los acontecimientos;
b) si no puede, deberá similar que está al mando;
c) deberá hacer que los demás se adapten a sus costumbres y nunca aceptar la
falta de disciplina.
Hay muchos más, y todos descubren el huevo de Colón.

Luego está “On the Ball“, de David Carter and Darren Rovell. Éste es
un libro empresarial que toma casos del mundo del deporte para aconsejar sobre
creación de marca, manejo de crisis y cómo incursionar en mercados nuevos de
la mano de Tiger Woods.

Entre la larga lista de títulos firmados por Alan Axelrod hay uno que se inspira
en el modelo de la reina Isabel I de Inglaterra.
Elizabeth I, Ceo (Strategic Lessons from the Leader Who Built an
Empire
)” es un libro sobre liderazgo que da 100 principios simples y directos
para lograr éxito en los negocios.

Otro es “Patton on Leadership,” con lecciones estratégicas para la guerra
empresarial.
Y también “Everything I Know About Business I Learned from Monopoly
(Todo lo que sé de negocios lo aprendí con [el juego del] monopolio). Todos
ellos vendieron millones de ejemplares en todo el mundo.

Más sorprendente todavía: “God Is My Broker” (Dios es mi agente de bolsa).
Una increíble historia de Christopher Buckley, John Marion, el hermano Ty y
John Tierney sobre un monje magnate que revela las siete leyes y media para
el crecimiento espiritual y financiero. El autor — Brother Ty –es un comisionista
de Wall Street que, habiendo fracasado y sucumbido a la bebida, se refugió en
un monasterio y se convirtió en el hermano Ty. Un día el hermano decidió dejar
que Dios fuera su broker. No sólo salvó el monasterio sino que descubrió
las 7 1/5 leyes del crecimiento espiritual y financiero. El éxito del hermano
Ty fue estudiado en las principales escuelas de negocios de Estados Unidos y
analizado por las mentes más brillantes de Wall Street. Ahora, con la publicación
del libro revela por primera vez los secretos que extrajo de textos antiguos
y explica cómo todos podemos convertir a Dios en nuestro agente personal. Abrir
el libro, dicen las reseñas, es abrir el corazón para que cambie nuestra vida.

Otro éxito de ventas es “Jesus, CEO”, de Laurie Beth Jones. Se trata de un libro
con consejos para especialistas en marketing que presenta como “estrella” a
un personaje que sin duda concita atención.

Casi todos recurren a la metáfora fácil. Es evidente que los dilemas humanos
no son muchos ni cambian demasiado con el tiempo. El “No desearás la mujer de
tu prójimo, ni su buey, ni su asno” era un buen consejo en el viejo testamento
y, con algunas modificaciones, sigue válido para los CEO y directorios actuales.

Pero la metáfora y la analogía son buenas herramientas de explicación sólo cuando
los paralelos son sutiles y amplios. Las buenas metáforas descansan en más de
un punto de comparación, y adquieren fuerza con la apreciación de una situación
general creada mediante una elaboración seria.

Hay libros que aunque con título “gancho”, son tratados serios y fruto de profunda
elaboración. “Si Aristóteles manejara General Motors” es uno de ellos, escrito
por Tom Morris sobre algunas consecuencias de la ética aristotélica en la relación
entre empresa y sociedad. Pero ese libro no llegó nunca a figurar en la tabla
de los más vendidos de la literatura empresarial.

En el campo de la literatura empresarial, las ventas revelan que hay mucha gente
ávida de fórmulas mágicas. Esa comprobación genera la publicación de cada vez
más libros escritos, según opiniones académicas, casi exclusivamente para ganar
dinero.

En esta amplia gama de títulos figura el titulado “Winnie-the-Poo on Management”,
de Roger E. Allen, que da consejos como éste:

The
manager, manager
A leader must be
That´s most important
As we all can see
Gerente,
gerente
L íder has de ser
Es tan importante
Que todos lo ven

Reflexiones como ésta bastaron para convencer al editor de publicar un segundo
título: “Winnie-the Poo on Success“.

Luego está “Leadership Secrets of Attila the Hun” (Secretos de liderazgo
de Atila, rey de los Hunos), aquel bárbaro que desde las estepas del mar Caspio
arrasó con cuanto se interponía a su camino hasta lograr que el Imperio Romano
le pagara tributos anuales. Su autor, Wess Roberts, identifica los “secretos”
de Atila para convertirlos en normas a seguir:
a) un líder siempre debe ponerse al frente de los acontecimientos;
b) si no puede, deberá similar que está al mando;
c) deberá hacer que los demás se adapten a sus costumbres y nunca aceptar la
falta de disciplina.
Hay muchos más, y todos descubren el huevo de Colón.

Luego está “On the Ball“, de David Carter and Darren Rovell. Éste es
un libro empresarial que toma casos del mundo del deporte para aconsejar sobre
creación de marca, manejo de crisis y cómo incursionar en mercados nuevos de
la mano de Tiger Woods.

Entre la larga lista de títulos firmados por Alan Axelrod hay uno que se inspira
en el modelo de la reina Isabel I de Inglaterra.
Elizabeth I, Ceo (Strategic Lessons from the Leader Who Built an
Empire
)” es un libro sobre liderazgo que da 100 principios simples y directos
para lograr éxito en los negocios.

Otro es “Patton on Leadership,” con lecciones estratégicas para la guerra
empresarial.
Y también “Everything I Know About Business I Learned from Monopoly
(Todo lo que sé de negocios lo aprendí con [el juego del] monopolio). Todos
ellos vendieron millones de ejemplares en todo el mundo.

Más sorprendente todavía: “God Is My Broker” (Dios es mi agente de bolsa).
Una increíble historia de Christopher Buckley, John Marion, el hermano Ty y
John Tierney sobre un monje magnate que revela las siete leyes y media para
el crecimiento espiritual y financiero. El autor — Brother Ty –es un comisionista
de Wall Street que, habiendo fracasado y sucumbido a la bebida, se refugió en
un monasterio y se convirtió en el hermano Ty. Un día el hermano decidió dejar
que Dios fuera su broker. No sólo salvó el monasterio sino que descubrió
las 7 1/5 leyes del crecimiento espiritual y financiero. El éxito del hermano
Ty fue estudiado en las principales escuelas de negocios de Estados Unidos y
analizado por las mentes más brillantes de Wall Street. Ahora, con la publicación
del libro revela por primera vez los secretos que extrajo de textos antiguos
y explica cómo todos podemos convertir a Dios en nuestro agente personal. Abrir
el libro, dicen las reseñas, es abrir el corazón para que cambie nuestra vida.

Otro éxito de ventas es “Jesus, CEO”, de Laurie Beth Jones. Se trata de un libro
con consejos para especialistas en marketing que presenta como “estrella” a
un personaje que sin duda concita atención.

Casi todos recurren a la metáfora fácil. Es evidente que los dilemas humanos
no son muchos ni cambian demasiado con el tiempo. El “No desearás la mujer de
tu prójimo, ni su buey, ni su asno” era un buen consejo en el viejo testamento
y, con algunas modificaciones, sigue válido para los CEO y directorios actuales.

Pero la metáfora y la analogía son buenas herramientas de explicación sólo cuando
los paralelos son sutiles y amplios. Las buenas metáforas descansan en más de
un punto de comparación, y adquieren fuerza con la apreciación de una situación
general creada mediante una elaboración seria.

Hay libros que aunque con título “gancho”, son tratados serios y fruto de profunda
elaboración. “Si Aristóteles manejara General Motors” es uno de ellos, escrito
por Tom Morris sobre algunas consecuencias de la ética aristotélica en la relación
entre empresa y sociedad. Pero ese libro no llegó nunca a figurar en la tabla
de los más vendidos de la literatura empresarial.

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