Los comerciantes están aprovechando las últimas tecnologías para ponerse más a tono con las necesidades de los consumidores, afinar la puntería en sus esfuerzos de marketing y mejorar todavía más la calidad de su servicio.
La creciente popularidad del comercio on line está dando origen a una revolución en las prácticas del comercio minorista.
Forrester Research calcula que el gasto on line totalizará US$ 17.400 millones en 2001.
Impresionados por el éxito de algunos pioneros de la actividad on line –como la librería Amazon.com– cada vez más comerciantes están abriendo negocios en la Web para complementar sus actividades en tiendas de paredes de ladrillos.
Hay incluso algunos pocos, entre los que se encuentra Egghead (software), que cerraron sus tiendas para vender exclusivamente on line.
Otros comerciantes más pequeños, regionales y rurales, ven a la Web como una buena oportunidad para llegar a un público más amplio.
Sin embargo, son pocos los que ya están logrando ganancias por ese medio, una realidad que justifica las preocupaciones sobre la Internet como herramienta de ventas.
Se calcula que, en Estados Unidos, solamente 30% de los adultos usa la Internet, y la penetración es significativamente menor en otros países.
De los consumidores que navegan la Web, muchos temen enviar al ciberespacio el número de sus tarjetas de crédito.
Después está la dificultad de hacer pequeñas transacciones: la mayoría de las tarjetas de crédito tienen un mínimo de US$ 10 y, por lo general, los sitios Web sólo aceptan tarjeta de crédito.
Algunos minoristas on line esperan superar este obstáculo usando herramientas como carros de cibercompras, que los compradores puedan usar para comprar varios productos a la vez, y métodos de micropago para compras muy pequeñas.
Otro inconveniente es la sensación impersonal de la Internet.
La acción de cliquear aquí y allá para ubicar artículos hace poco por los consumidores que disfrutan de la experiencia de comprar, que gustan ver, ser vistos, inspeccionar, tocar y probarse cosas e interactuar con los vendedores.
Mientras algunos comerciantes se desesperan por resolver esos y otros obstáculos, los más tradicionales hacen esfuerzos por profundizar la experiencia de comprar en tienda, y para eso utilizan tecnologías que les ayudan a acercarse más a sus clientes.
Un número cada vez más grande de comerciantes usan sistemas en puntos de venta (POS, según la sigla inglesa).
Uno de ellos es el de las tarjetas de comprador frecuente para llevar la cuenta de las existencias del local además de las preferencias de clientes individuales.
Saks Fifth Avenue usa un sistema POS llamado The Link que registra el historial de compra de los clientes y las preferencias personales.
Esas tecnologías pueden ayudar a los comerciantes a bajar costos, manejar operaciones más eficientemente y brindar un servicio al cliente más rápido y más personalizado.
Los comerciantes no terminan de descubrir nuevas formas para aprovechar el escáner.
En las sucursales de Toys R Us esta última temporada de vacaciones los niños y otros compradores recibían escáners portátiles con los que podían crear su propia lista de regalos, que luego era introducida en una base de datos para su posterior consulta por quienes irían a comprar esos regalos.
Algunas locales de Wal-Mart dan a los clientes escáners para que los pasen delante de los códigos de barra de discos compactos de música y video, y poder así ver o escuchar antes de decidir una compra.
Los escáners de las cajas registradoras, usados desde hace mucho tiempo para registrar ventas y controlar los niveles de inventario, están permitiendo obtener información más detallada sobre los clientes también.
Un nuevo software de Downey Co. usa información del escáner de las cajas de un supermercado para indicar cómo los cambios de precios afectan los patrones de compra, qué productos tienden a ser comprados juntos y qué marcas debería tener el negocio para satisfacer a la mayor cantidad de clientes.
Los comerciantes están aprovechando las últimas tecnologías para ponerse más a tono con las necesidades de los consumidores, afinar la puntería en sus esfuerzos de marketing y mejorar todavía más la calidad de su servicio.
La creciente popularidad del comercio on line está dando origen a una revolución en las prácticas del comercio minorista.
Forrester Research calcula que el gasto on line totalizará US$ 17.400 millones en 2001.
Impresionados por el éxito de algunos pioneros de la actividad on line –como la librería Amazon.com– cada vez más comerciantes están abriendo negocios en la Web para complementar sus actividades en tiendas de paredes de ladrillos.
Hay incluso algunos pocos, entre los que se encuentra Egghead (software), que cerraron sus tiendas para vender exclusivamente on line.
Otros comerciantes más pequeños, regionales y rurales, ven a la Web como una buena oportunidad para llegar a un público más amplio.
Sin embargo, son pocos los que ya están logrando ganancias por ese medio, una realidad que justifica las preocupaciones sobre la Internet como herramienta de ventas.
Se calcula que, en Estados Unidos, solamente 30% de los adultos usa la Internet, y la penetración es significativamente menor en otros países.
De los consumidores que navegan la Web, muchos temen enviar al ciberespacio el número de sus tarjetas de crédito.
Después está la dificultad de hacer pequeñas transacciones: la mayoría de las tarjetas de crédito tienen un mínimo de US$ 10 y, por lo general, los sitios Web sólo aceptan tarjeta de crédito.
Algunos minoristas on line esperan superar este obstáculo usando herramientas como carros de cibercompras, que los compradores puedan usar para comprar varios productos a la vez, y métodos de micropago para compras muy pequeñas.
Otro inconveniente es la sensación impersonal de la Internet.
La acción de cliquear aquí y allá para ubicar artículos hace poco por los consumidores que disfrutan de la experiencia de comprar, que gustan ver, ser vistos, inspeccionar, tocar y probarse cosas e interactuar con los vendedores.
Mientras algunos comerciantes se desesperan por resolver esos y otros obstáculos, los más tradicionales hacen esfuerzos por profundizar la experiencia de comprar en tienda, y para eso utilizan tecnologías que les ayudan a acercarse más a sus clientes.
Un número cada vez más grande de comerciantes usan sistemas en puntos de venta (POS, según la sigla inglesa).
Uno de ellos es el de las tarjetas de comprador frecuente para llevar la cuenta de las existencias del local además de las preferencias de clientes individuales.
Saks Fifth Avenue usa un sistema POS llamado The Link que registra el historial de compra de los clientes y las preferencias personales.
Esas tecnologías pueden ayudar a los comerciantes a bajar costos, manejar operaciones más eficientemente y brindar un servicio al cliente más rápido y más personalizado.
Los comerciantes no terminan de descubrir nuevas formas para aprovechar el escáner.
En las sucursales de Toys R Us esta última temporada de vacaciones los niños y otros compradores recibían escáners portátiles con los que podían crear su propia lista de regalos, que luego era introducida en una base de datos para su posterior consulta por quienes irían a comprar esos regalos.
Algunas locales de Wal-Mart dan a los clientes escáners para que los pasen delante de los códigos de barra de discos compactos de música y video, y poder así ver o escuchar antes de decidir una compra.
Los escáners de las cajas registradoras, usados desde hace mucho tiempo para registrar ventas y controlar los niveles de inventario, están permitiendo obtener información más detallada sobre los clientes también.
Un nuevo software de Downey Co. usa información del escáner de las cajas de un supermercado para indicar cómo los cambios de precios afectan los patrones de compra, qué productos tienden a ser comprados juntos y qué marcas debería tener el negocio para satisfacer a la mayor cantidad de clientes.