El descubrimiento, realizado por el experto en nanotecnología James Gimzewski, consistió en que las células humanas contienen diminutas partes móviles que, al moverse, producen vibraciones. De ahí, entonces, el razonamiento de Gimzewski: como todas las vibraciones producen ruido, sería teóricamente posible escuchar el sonido de una célula. Para comprobarlo, adaptó un dispositivo hasta llevarlo a un tamaño lo suficientemente pequeño como para medir esas vibraciones; luego, con otro aparato, amplificó esas vibraciones para que pudieran ser captadas por el oído humano. Descubrió entonces, que una célula de levadura produce alrededor de 1.000 vibraciones por segundo. Al amplificar la señal, obtuvo nada menos que un murmullo musical.
El descubrimiento es potencialmente revolucionario. Según él, esta técnica podría convertirse en una herramienta extraordinaria en la guerra contra el cáncer. Con sólo escuchar una célula, los médicos podrían averiguar si es maligna o no.
Cuando una célula se vuelve cancerosa, su maquinaria interna se altera: puede que se divida con más rapidez y que sus paredes adquieran una nueva forma. Esos cambios, supone Gimzewski, producirían distintos niveles de vibración y así, distintos ruidos.
Él ya ha medido la acústica de algunas células que atraviesan el ciclo de la muerte. Cuando midió una célula inerte de levadura, su falta de movimiento produjo un siseo muy parejo, pero cuando sumergió en alcohol un trozo de levadura, las células emitieron un espeluznante sonido como de “grito” al morir instantáneamente. Hasta los cambios más diminutos – como calentarse – hacen que las células canten de manera diferente. Gimzewski llama a a su técnica sonocitología y en agosto de este año publicó su primer trabajo sobre el tema en el periódico Science.
El trabajo generó mucho interés. Un director de películas de horror, por ejemplo, pidió a Gimzewski si podía usar el grito de las células en su banda de sonido. Pero los especialistas en cáncer están profundamente interesados y siguen de cerca la evolución de los experimentos de Gimzewski, quien ahora está tratando de adaptar su aparato para escuchar células humanas.
<p>El descubrimiento, realizado por el experto en nanotecnología James Gimzewski, consistió en que las células humanas contienen diminutas partes móviles que, al moverse, producen vibraciones. De ahí, entonces, el razonamiento de Gimzewski: como todas las vibraciones producen ruido, sería teóricamente posible escuchar el sonido de una célula. Para comprobarlo, adaptó un dispositivo hasta llevarlo a un tamaño lo suficientemente pequeño como para medir esas vibraciones; luego, con otro aparato, amplificó esas vibraciones para que pudieran ser captadas por el oído humano. Descubrió entonces, que una célula de levadura produce alrededor de 1.000 vibraciones por segundo. Al amplificar la señal, obtuvo nada menos que un murmullo musical.</p>
<p>El descubrimiento es potencialmente revolucionario. Según él, esta técnica podría convertirse en una herramienta extraordinaria en la guerra contra el cáncer. Con sólo escuchar una célula, los médicos podrían averiguar si es maligna o no.</p>
<p>Cuando una célula se vuelve cancerosa, su maquinaria interna se altera: puede que se divida con más rapidez y que sus paredes adquieran una nueva forma. Esos cambios, supone Gimzewski, producirían distintos niveles de vibración y así, distintos ruidos.</p>
<p>Él ya ha medido la acústica de algunas células que atraviesan el ciclo de la muerte. Cuando midió una célula inerte de levadura, su falta de movimiento produjo un siseo muy parejo, pero cuando sumergió en alcohol un trozo de levadura, las células emitieron un espeluznante sonido como de “grito” al morir instantáneamente. Hasta los cambios más diminutos – como calentarse – hacen que las células canten de manera diferente. Gimzewski llama a a su técnica sonocitología y en agosto de este año publicó su primer trabajo sobre el tema en el periódico Science.</p>
<p>El trabajo generó mucho interés. Un director de películas de horror, por ejemplo, pidió a Gimzewski si podía usar el grito de las células en su banda de sonido. Pero los especialistas en cáncer están profundamente interesados y siguen de cerca la evolución de los experimentos de Gimzewski, quien ahora está tratando de adaptar su aparato para escuchar células humanas.</p>