<p>En virtud de esos cálculos, basados en premisas del ortodoxo Banco Central Europeo, el FMI eleva de 1,2 a 1,25% anual las perspectivas de crecimiento para el producto bruto interno de la Eurozona en 2009. Parece un chiste.</p>
<p>Curiosamente, monetaristas como el comisario económico de la Unión Europea (el español Joaquín Almunia) y el luxemburgués Jean-Claude Junker (Eurogrupo) sostenían en abril que el FMI exageraba el efecto de la doble crisis occidental.</p>
<p>También llama la atención que otros dos ortodoxos, el ingeniero Jean-Claude Trichet (BCE, cuya prognosis 2008 sube de 1,4 a 1,75%) y Henry Paulson (hacienda, Estados Unidos), admitan que las turbulencias distan de haberse agotado. El desplome de Wall Street -este lunes- les da razones.</p>
<p>A criterio de Paul Krugman, Jeffrey Sachs, George Soros y Mario Monti, todo lo anterior no pasa de un mero juego de números con fines políticos. Por cierto, ni 1,75% para este año ni 1,25% para el próximo trasuntan una serio crecimiento del PBI zonal. Tampoco queda claro qué objetivos se definen para toda la Unión Europea (27 miembros), amén de los quince que forman la Eurozona.</p>
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Argentina; indicadores reales en el mercado
Tras repensarlo, Dominique Strauss-Kahn admite ahora que la inflación minorista en el área euro podría volver al mítico 2% en 2009. Aparte de no creerlo, algunos economistas sistémicos le restan relieve a ese objetivo.