<p>Durante treinta años, el profesor Kim Dietrich y su equipo de la universidad de Cincinnati, Ohio, estudiaron la relación entre altas concentraciones de plomo y conductas criminales en años posteriores. Intentaron evaluar las consecuencias de la exposición al promo, tanto en el útero como en la infancia, durante treinta años. Obtuvieron un registro completo de los patrones neurológicos, de desarrollo y de conducta para luego establecer una clara asociación entre exposición infantil y conducta adulta. </p>
<p>Dietrich explica que han “controlado a un sub-segmento específico de niños que fueron expuestos al plomo tanto durante su gestación como durante su infancia, a lo largo de esos 30 años”. En total, los científicos obtuvieron un registro completo de los patrones neurológicos, de comportamiento y de desarrollo de estos niños, con el fin de establecer una asociación clara entre dicha exposición temprana al plomo y una posible actitud criminal posterior. </p>
<p>Al parecer, aunque otros estudios anteriores habían tratado de establecer dicha relación, la investigación de Dietrich y sus colegas es la primera que consigue las evidencias definitivas. </p>
<p>Para Dietrich esta investigación demuestra que la reducción del plomo ambiental es fundamental para conseguir reducir la tasa de crímenes violentos. Según él, “los patrones de comportamientos agresivos o violentos aparecen a menudo temprano, y continúan a lo largo de la vida. Identificar los factores de riesgo que pueden propiciar una vida criminal desde la infancia debería ser una prioridad para las políticas de salud pública”. </p>
<p>El estudio en realidad se enmarca en otra investigación más amplia, también iniciada en 1979, para conocer otros efectos a la exposición al plomo en niños. La revista Abcnews publica que en total se calcula que más de un 1% de la materia gris total del cerebro se pierde por la contaminación de la sangre con plomo. </p>
<p>Según los científicos, las reducciones afectaban a áreas específicas del cerebro, como la corteza angular inferior, responsables de funciones como la regulación del estado de ánimo o la toma de decisiones. Y afectaban mucho más a hombres que a mujeres.</p>
<p><strong>Plomo</strong></p>
<p>El plomo es un metal pesado que, durante muchos años, se usó para fabricar pinturas y tuberías; en la gasolina, y en otros muchos artículos, incluidos los juguetes infantiles. De hecho, el año pasado, las compañías de juguetes Fisher-Price y Mattel tuvieron que retirar más de un millón de juguetes del mercado porque contenían plomo. </p>
<p>En general, el uso de este metal se ha ido evitando cada vez más porque es venenoso y potencialmente peligroso para la salud, pero aún se encuentra en algunas cerámicas, superficies o pinturas antiguas o muebles viejos. El desgaste de los objetos hace que el plomo que hay en ellos se desprenda y pueda extenderse.</p>
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La exposición al plomo en la infancia asociada con conducta criminal en la adultez
Un comunicado de la universidad de Cincinnati (UC) informa la primera prueba de una relación directa entre exposición al plomo — prenatal e infantil con un creciente riesgo de conducta criminal en las siguientes etapas de la vida.