<p>Desde entonces, se lanzó una serie de normas, desde techos crediticios hasta anticipos en efectivo de hasta 40% para gestionar segundas hipotecas residenciales. La meta era neutralizar la especulación y los primeros efectos fueron certeros. Ya en el primer trimestre de 2008, el mercado inmobiliario del sur chino empezaba a desinflarse y el resto empezó a poner las barbas en remojo. Con China pugnando contra una tenaz inflación, el banco central aprovecha para endurecer la política monetaria y contener la burbuja en bienes raíces: el 7 de junio elevó 1% el encaje sobre las tenencias de los bancos comerciales. La medida esteriliza US$ 58.000 millones.</p>
<p>Ahora, operadores, inversores y especuladores quieren ver si otras urbes siguen el ejemplo de Shenzhen, vecina de Hongkong, donde el metro cuadrado residencial promedio cayó más de 30% en febrero-mayo. Datos sobre descuentos de último momento, renovación gratuita de hipotecas y rebajas de adelantos apuntan a ulteriores concesiones.</p>
<p>Los precios de bienes raíces se tambalean en Beijing, Shangai, Hangzhou. Ningbo, Haikou (en el litoral), Wuhan, Nanjing, Xi'an o Lanzhou (en el interior). Todas esas ciudades experimentaron crecimientos impresionantes en 2006/7. Pero las cifras del gobierno central insisten en que ese auge nunca existió y, por el contrario, hubo pequeñas bajas en Lanzhou, Chengdu, Fuzhou o Urumqi (no obstante, las medidas del banco central dicen lo contrario).</p>
<p>La publicación londinense duda que esas estadísticas sean fiables. Por ejemplo, no coinciden con las difundidas por medios locales y su metodología es vaga. Verbigracia, en Shezhen, donde -según el gobierno central- los precios de nuevas viviendas cedieron 4,9% entre febrero y marzo, contra el -16,5% detectado por la autoridad municipal.</p>
<p>En Shangai, las ventas por metro cuadrado cayeron 50% entre junio de 2007 y mayo último, según fuentes locales. Entretanto, el precio medio bajó 10% sólo ese mes. Estas cifras y las de Shenzhen sugieren que se producirán descenso más marcados. El fenómeno afectará -como en Estados Unidos, Gran Bretaña o Italia- a la clase media urbana, propietaria de viviendas que valen cada día menos.</p>
<p>La astringencia crediticia induce a algunos bancos a ser "cómplices" del negocio inmobiliario para no cortar el flujo de fondos. Por ejemplo, si bien debieran exigir hasta 49% de anticipo por segundas hipotecas, hacen la vista gorda en caso de solicitantes que no posean otra propiedad, aun si sus parientes las tengan. No obstante, la demanda se debilita, en buena medida porque la euforia de 2006/7 ha saturado la oferta de unidades nuevas y comienzan las bancarrotas inmobiliarias.</p>
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Se teme que la burbuja inmobiliaria china estalle en bancarrotas
En los últimos años, el mercado de bienes mostró una expansión espectacular. En algunas ciudades, los precios se doblaron y según la unidad de inteligencia del Economist– a fin de 2007 Beijing resolvió poner frenos de corte monetario.