Este matrimonio forzado genera la mayor compañía de servicios públicos en Francia y el Benelux. En conjunto, sus ingresos ascienden a € 74.000 millones anuales.<br />
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Precisamente, ambos montos ubican a la futura GdF-Suez segunda en la Unión Europea, tras la alemana E.On. Si se cuenta Gazprom, queda tercera en todo el continente, pero la compañía rusa se centra en hidrocarburos, aunque preste algunos servicios.<br />
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La transacción se estiró treinta meses –fue anunciada el 26 de febrero de 2006- por todo tipo de demoras. Particularmente políticas (Bruselas) y jurídicas. Gérard Mestrallet, ex presidente de Suez, pasará a director gerente en GdF-S, como premio a rendir la plaza al estado francés.<br />
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Las nuevas acciones se ofrecerán al público desde el martes 22. Pero la empresa nace con un defecto congénito: en teoría, se privatiza GdF; en realidad, el estado será principal del grupo, con 35,7%. Como deseaban los sindicatos.
Fusión de 100.000 millones entre una firma estatal y una privada
Presionados por París, los accionistas de la francobelga Suez aceptaron ser absorbidos por el monopolio estatal Gaz de France (GdF). El ejemplo de la rusa Gazprom no es ajeno a esto.