<p>En un mercado donde de pronto parecería que todas las empresas están en venta, las empresas de todo el mundo se sienten presionadas para manejar activamente su cartera de negocios. Una nueva raza de inversionistas – entre firmas de capital privado, fondos de cobertura y accionistas activistas – que brega por encontrar oportunidades que creen valor a una cartera de negocios que muchas veces consideran demasiado pasiva. Pero el panorama es más complicado todavía: aquellas empresas que ya manejan activamente sus carteras están descubriendo que la lógica tradicional de "rebalanceo" en el manejo de la cartera – invertir el cash flow libre en negocios más atractivos, preferiblemente con sinergias con los existentes para luego buscar de construir una posición fuerte – suele crear poco valor. Dada la amplitud y el ritmo de los mercados globales de hoy, las empresas deben competir constantemente por hacer adquisiciones en todo el mundo y pagar altos precios por los negocios más atractivos. </p>
<p>En la investigación sobre este tema que realizaron los especialistas de McKinsey Lorenzo Carlesi, Braam Verster y Felix Wenger descubren que los conceptos que pueden ayudar a directorios y equipos gerenciales van mucho más allá de la sabiduría convencional sobre manejo de cartera y son difíciles de definir analíticamente. Por eso, dicen, hay una tendencia a tomar decisiones adhoc basadas más en intuiciones que en datos reales. Sin embargo, los autores afirman que, según su propia experiencia, los gerentes pueden cuantificar varios de esos conceptos de estrategia de cartera y reunirlos en un método más coherente. </p>
<p>La estrategia de cartera consiste, en su esencia, primero y principal, en ser o convertirse en el dueño natural de un negocio y luego evaluar las oportunidades de negocios frente a la oferta de capital, dados los retornos previstos de las inversiones actuales y potenciales. </p>
<p><em>Convertirse en dueño natural</em></p>
<p>El de propiedad natural no es un concepto nuevo, pero hoy es más importante que nunca. En los actuales mercados líquidos, las empresas se encuentran ante tantos competidores en el mundo que las que agregan más valor reducen los retornos de los dueños que no son tan distintivos. El factor más importante no es el nivel absoluto de retornos sino la diferencia que un dueño dado puede hacer en un negocio. Las empresas de productos para el consumo que mejor se desempeñan, por ejemplo, por lo general sobresalen en marketing y distribución, entonces son las dueñas naturales de otros negocios de productos para el consumo, cuyos productos pueden ser vendidos por ellas a través de los mismos canales y a una base de clientes similar.</p>
<p>Las empresas pueden ser dueñas naturales de varias maneras, según cómo agreguen valor a un negocio. Las sinergias operacionales, por ejemplo, pueden permitirles usar la misma tecnología, producir en las mismas plantas o distribuir por los mismos canales donde los sistemas de negocios se superponen. En otras situaciones, propiedad natural puede incluir acceso al capital y al talento. </p>
<p>Las habilidades de la empresa también pueden ser fuente de propiedad natural. Las habilidades de cualquier empresa son producto de su cultura y su historia. Por eso, se podría decir que ciertas petroleras saben cómo lograr excelencia en refinación, porque durante largo tiempo crearon valor comprando activos de refinación y mejorando su desempeño. </p>
<p>Finalmente, la propiedad natural puede emanar de habilidades que surgieron a consecuencia de estudios en determinados sectores y geografías. La información propietaria sobre ventajas y riesgos de determinados mercados, por ejemplo, mejorarán la decisión de invertir o no, en un negocio.</p>
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Una nueva dinámica en el manejo de la cartera de negocios: buscar ser dueño natural
Ahora que los inversores exigen que las empresas manejen activamente sus carteras de negocios, los ejecutivos deben estudiar cada vez más las oportunidades de inversión y el capital de que disponen para financiarlas.