<p> En realidad, Chyrisler ya está involucrada en el resbaladizo terreno de la especulación financiera: 80,1% del paquete está en manos de Cerberus Capital Management, un fondo de capital extrabursátil experto en compras apalancadas. ¿Cómo se financian? Con un truco típico del casino: emitiendo deuda contra el activo adquirido.</p>
<p> Con miles de millones otorgados a Wall Street por la secretaría de hacienda y la Reserva Federal, la campaña electoral comienza a desplazarse hacia salvatajes industriales, potencialmente mucho más baratos que los financieros. En este clima pesado, pocos legisladores se negarían a asegurarles las fuentes de trabajo a millones de votantes.</p>
<p> Hay otro detalle, esta vez irónico: si los rescates hubiesen sido hecho por un gobierno demócrata, los republicanos están trinando en defensa de la intangibilidad del sector privado. Después de todo, Wall Street, la banca y los intermediarios de valores son republicanos y “quizá por ello George W. Bush salió a salvarlos”, presumía Joseph Biden, compañero de fórmula de Barack Obama.</p>
<p> Por supuesto, legisladores de ambos bandos bombardean a altos funcionarios con preguntas casi imposibles de responder. Una es clave y la hicieron tres diputados: “si hubo US$ 85.000 millones para estatizar American International Group ¿no habrá 25.000 millones para asistir la reconversión de la industria automotriz?”. En ese momento, empezaron de mentarse las bondades del “capitalismo del Ruhr”, descendiente del modelo Bismarck (1864) y padre de la actual Unión Europea.</p>
<p> Ambos candidatos, los senadores Obama (Illinois) y John McCain (Arizona) han respaldado un plan para garantir créditos a las principales automotrices del país. Eso no sorprende, especialmente en Obama: Michigan, Ohio e Illinois pesarán decisivamente en el colegio electoral de noviembre. Resulta sugestivo que los máximos ejecutivos de GM, Ford y Chrysler se hayan reunido este miércoles con la demócrata Nancy Pelosi, jefa de la cámara baja y mujer más poderosa de EE.UU. Al salir del salón, el trío se manifestó optimista sobre aquel plan y su inclusión en un anexo del presupuesto federal entrantes (octubre a septiembre próximos).</p>
<p> Pelosi había criticado duramente el rescate de AIG. Contrastándolo con las reticencias de Bush ante Detroit. A su juicio, “el plan puede reconstruir y fortalecer las base tecnológicas el país. Apoyar a la industria automotriz y sus innovaciones es apoyar a los trabajadores norteamericanos”. </p>
Ahora se habla de ayuda federal a las tres tambaleantes firmas de Detroit
La serie de intervenciones estatales, reducida hasta ahora al sector financiero, bien puede pasar a un símbolo de la economía física norteamericana. Si alguien no pone límites, entonces, hay tres candidatas: General Motors, Ford y Chrysler.