Para ser admitido en la clínica Sh’bá, “Roy” (su verdadero nombre es un secreto) necesitó autorización del Shin-Bet, el mismo servicio de seguridad que Sharón consultaba antes de decidir operaciones militares. Sin duda, es un paciente muy especial: proviene de Irán, enemigo emblemático.
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<p>Su cuarto no está lejos de donde yace el ex primer ministro, que tiene ya ochenta años. “Roy” cuenta con doce. Llegó desde Turquía (país amigo de Israel e Irán), donde los especialistas habían aconsejado probar con Sh’bá, un hospital de los más avanzados en la materia. </p>
<p>Según Tel Aviv, no se revela la identidad para no exponer su familia a represalias de Tehrán. Lo acompañan en la clínica el padre y una abuela. La internación se obtuvo merced a los buenos oficios de un empresario israelí de origen italiano. “Espero que esto facilite la comprensión entre ambos pueblos”, señaló Ze’ev Rotshtein, director del hospital. </p>
<p>Apelando a su escaso inglés, el padre agradeció públicamente a los israelíes. “La mayoría de nosotros no los odia. El amor a un hijo –subrayó- más allá de fronteras y religiones. Ahora sólo deseo volver a oírlo reír. Su madre y su hermana viven en Tehrán. Todos rezamos por un milagro”. </p>
<p>La “diplomacia solidaria”, una forma de responsabilidad social, en Sh’bá ha tratado ya treinta y cinco chicos iraqueses y de otros países que no tienen relaciones con Israel. Pero es el primer niño iraní que se interna. Su presidente, el pintoresco Majmud Ajmadinedyad, todavía niega la masacre de judíos (“sho’a”) a manos del Tercer Reich, en tanto Tel Aviv se siente amenazado por los proyecto nucleares de Tehrán. </p>
<p>Mucho más inmediato es el tumor que amenaza a “Roy”, extendido en ambos hemisferios cerebrales y parte de la espina dorsal. “Poco podemos hacer, pues el cáncer se declaró hace más de un año. No obstante, aquí residen sus últimas posibilidades”, declaró Amós Toren, jefe de oncología pediátrica. “El chico sigue consciente, no ha quedado ciego y no habla, pero les sonríe a los familiares”. </p>
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Un chico iraní, internado en una clínica cerca de Ariel Sharón
Sharón está en coma 4 desde hace casi dos años y sólo mueve los ojos. El muchacho tiene un tumor cerebral, está semiparalítico y ni siquiera puede sentarse. Los médicos tratan de aliviar los terribles dolores que lo acosan.