Conversando con el Futuro II. Un nuevo despertar.
Estamos viviendo un escenario típico de la complejidad dinámica. Si bien se requiere de cierta habilidad para recomponerse, al enfrentar los desafíos del des-orden, se sabe que existe una tendencia actualizadora (Rogers), que permite esperar un nuevo estado de crecimiento y expansión. Inevitable, en nuestra región.
17 octubre, 2008
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por Horacio Castelli, director de La Nube Inquieta S.A. <br />
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<p>Hay algo cierto, todos nos llenábamos la boca, con los impactos de la incertidumbre, el crecimiento económico, la creación de la riqueza simbólica, el despliegue de las comunicaciones y el mundo digital… pero seguíamos “bañándonos” en las mismas aguas. “¡Había que cambiar, llegó la era del cambio…!” era el grito de la nueva economía, pero en realidad, nadie tomó nota de la naturaleza del cambio que había que hacer. El capital del conocimiento, es un recurso productivo de la capacidad simbólica del hombre, que no es lo mismo, que la creación virtual de fortunas, en una cadena de derivados financieros. Era riesgoso, y el riesgo es riesgo, amigos. Era, dinero-espuma, con la propia tensión superficial de las burbujas… es la naturaleza del helado y las cremas, que al cambio de temperatura, se derriten. Era ilusión, no, visión. Lo pudimos ver aquí, en el 2001-2. Así como no se leyeron bien los signos del ’98; tampoco, se dejaron ver, o no se quisieron ver, los signos del 2008. </p>
<p>La naturaleza de lo complejo, es la multiplicación de lo simple. En la simplicidad, están las bases del comportamiento y la creación, incluso de la propia naturaleza. Reconocer la esencia de lo que realmente crea riqueza y bienestar, no es sencillo, pero imprescindible, para recomponer el desarrollo consistente. Argentina, en el 2002 se reencontró con estas fuerzas: la banca fue a la multiplicación de las transacciones masivas, invadieron a las aseguradoras, que prácticamente habían abandonado los seguros y que volvieron a él. </p>
<p>El conocimiento biotecnológico, transformó la productividad agropecuaria y los recursos de la salud. El diseño y el software, son intangibles, pero son consistentes herramientas de valor en la producción y el trabajo humano. Eso es lo facturable y aunque lo movilicemos digitalmente, es “dinero” concreto. Es riqueza de la mejor y real. </p>
<p>Esta convergencia permitió crecer al país y a sus empresas. Sólo los políticos circunstanciales, pudieron creerse que, esta aparente simplicidad que veían, posibilitaba una interpretación clásica. Por eso se confundió al campo con “un yuyo”; no se supo ver eficazmente, que la simplicidad es un “paquete de inteligencia”, como lo son las nuevas semillas o las redes sociales. Como lo son los organismos vivos. Los que, células mediante, transportan masas críticas de información, capaces de formar cuerpos, sentimientos y sociedades. </p>
<p>Recuperar la simplicidad, no es renunciar al desarrollo ni al crecimiento, es dar lugar a lo que Carl Rogers denomina “las tendencias actualizadoras”, reestructuraciones emergentes y dinámicas, que implican un nuevo estadio de explosión en la naturaleza, en la personalidad psicológica y en el amplio espectro de la evolución de los organismos y sistemas. Por qué no, también en las estructuras de la economía productiva, entonces y de sus ecuaciones de sustentabilidad. </p>
<p>Tenemos un novedoso mercado. La crisis norteamericana lo pondrá sobre el tapete. </p>
<p>Que sólo aparentemente, aparecerá con una “bajada de cambio” inicial, en sus ritmos e indicadores. Una buena cuota, de cierta perplejidad, ante el impacto de las noticias sobre las múltiples transformaciones. Un recambio de rentabilidades, según orígenes de los negocios y emprendimientos. Un gran espacio, creciente, para iniciativas y servicios. </p>
<p>Una novedosa oportunidad, para los países y las personas, acostumbrados a la flexibilidad y a la velocidad de adaptación en sus capacidades. Más aún para los de mayor demografía joven. </p>
<p>La globalización no desapareció, la tecnología y las comunicaciones, siguen convergiendo, las demandas de alimentación y gratificación siguen la dirección de la “flecha del tiempo”… </p>
<p> Desde Asia, Latinoamérica y sectores de África, continuarán avanzando con nuevos millones de consumidores. ¡A razón de unos 80 millones por año! </p>
<p>Tendremos una importante y significativa proporción de “clases medias” nuevas, demandantes e informadas, en la Región. Conectadas e interactuantes, en forma más que acelerada. El mundo transaccional tiende a un B2B, generalizado, de “self-service” amplísimo y con legítimo “hambre”, de productos accesibles y de alta gratificación simbólica. </p>
<p>Los emprendimientos, devendrán, cada vez más, en “<em>networks co-creativos</em>” según Prahalad… Una “Nueva Ola”, al estilo que solía denominarlas Toffler. </p>
<p>La demanda de “entretenimiento”, bajo todo tipo de formato, conectividad y soporte, sorprenderá, en sus tasas de crecimiento. </p>
<p> La demanda de vestido, nutrición, salud y cosmética, acompañarán el ritmo de las “fascinaciones” de la moda y la tecnología. </p>
<p> Los complejos de ámbitos de experiencia lúdica, laboral y residencial, entendemos que se multiplicarán sin fin. Por tanto, logística y movilización, tendrán lo suyo. </p>
<p>La tendencia hacia productos y prestaciones “funcionales”, de calidad y estilos de vida, bajo el manto de la extensión de expectativas de vida disfrutable, adquirirán creciente protagonismo y personalización. </p>
<p> Habrá un calificado “mundo joven”, pero importante será, lo que ocurra también, “con los nuevos grupos adultos y muy adultos”. </p>
<p>Tendremos un novedoso mercado, muchos nuevos consumidores, tanto jóvenes como “muy maduros”, con un bolsillo escaso, pero dispuestos a pagar por los que mejor “relaten” su compromiso con las aspiradas condiciones de vida y expresión de la misma. Aquéllos que mejor aseguren los “clamores” de emocionalidad y vinculaciones afectivas confiables. Muchas empresas y marcas ya están avanzando en esta “maratón”. </p>
<p>¿Cuál será la suya, amigo? </p>