Mientras Henry Paulson –secretario de hacienda, antes de Goldman Sachs, firma comprometida en el derrumbe- gestionaba un rescate de US$ 85.000 millones con plata de los contribuyentes, AIG premiada a setenta gerentes superiores con estadías en California, a razón de US$ 1.700 por día. Los pobres “necesitaban desestresarse”, explicó el holandés Willumstad.
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<p>“¡Esto es una vergüenza!”, clamó el diputado demócrata Elijah Cummings, durante una audiencia pública para analizar los abusos de la compañía. En esa misma comisión, días antes, se tachaba de ladrón y cretino a Richard Fuld, que se había asignado una bonificación de US$ 50 millones, tras mandar a la quiebra Lehman Brothers, fundada en 1858. De paso, borró la figura “banca de inversión”, el único efecto saludable del colapso. </p>
<p>En cuanto a AIG, los dos últimos jefes ganaban US$ 22 millones anuales. En tanto esos datos salían a luz, la cámara baja descubrió que el salvataje de la empresa había costado US$ 123.000 millones. Vale decir, 44,7% más de lo declarado por Paulson. “No sabemos si actuaba como secretario de hacienda o como operador de su ex firma, Goldman Sachs. Obviamente, debemos incluirla en las investigaciones” sostuvo Cummings. </p>
<p>Excluyendo 2008, Sullivan –títere de Maurice Greenberg, cuyas irregularidades lo llevaron a la renuncia en 2006 e iniciaron el proceso que hizo crisis ahora- y su sucesor percibieron en 2005-7, en efecto, un sueldo anual de US$ 22 millones. </p>
<p>Sin embargo, la bancarrota de AIG se debe a una pequeña división creada en Gran Bretaña durante los años 90 por Joseph Cassano. Este “mago” de los derivados (salpicado en 1987 por el escándalo de bonos chatarra) manejaba desde 2000 ese negocio, basado en complejos instrumentos derivativos que pocos managers entienden. Desde entonces y hasta mediados de 2008, Cassano embolsó US$ 280 millones; esto es, casi 33 millones anuales. </p>
AIG premia a managers superiores por llevarla a la bancarrota
Martin Sullivan y Robert Willumstad, los dos últimos directores ejecutivos de American International Group, fueron indemnizados con US$ 40 millones cada uno tras el colapso de la mayor aseguradora mundial. Pero no era todo.