Ford no debiera desdeñar el rescate de emergencia ¿o sí?
Las tres ya no tan grandes de Detroit son ahora dos más una. General Motors y Chrysler (Cerberus Capital Management) aceptan el auxilio estatal para sobrevivir. En un rapto de orgullo, Ford Motor prefiere cortarse sola. ¿Lo logrará?
23 diciembre, 2008
Pero ese gesto soberbio genera otro problema: competir mejor si sumarse al rescate de emergencia por US$ 13.400 millones y 4.000 millones adicionales. Por supuesto, el paquete GM-Chrysler acarree condiciones tan estrictas como desconocer convenios laborales –algunos políticos lo ven imposible, otros lo asocian a una licuación sindical- y reestructurar deudas. Si lo primero falla, habrá dos bancarrotas gestionadas.
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<p>Ford, entretanto, ha de reducir sus propios costos para afrontar la competencia de dos eventuales empresas reorganizadas. Por de pronto, la compañía inicia esta semana negociaciones con United Automobile Workers. Su objeto es claro: emular presuntos ahorros salariales de GM y Cerberus-Chrysler. </p>
<p>Mientras tanto, desdeñar asistencia federal le significa a Ford un riesgo concreto. A saber, quedar tras sus rivales en la carrera por recobrar porciones del mercado norteamericano (Estados Unidos-Canadá), GM y Chrysler logran torcerle el brazo a la todavía poderosa UAW. </p>
<p>Alan Mulally, ex Boeing y actual director ejecutivo de FM está dispuesto a intentarlo y cree tener uñas de guitarrero. No es que la firma no tenga problemas: este año pierde más de US$ 8.000 millones y sus ventas norteamericanas cayeron 19% en enero-noviembre. El total de la industria es 16%. </p>
<p>Sin embargo, Ford tenía a fin de septiembre más efectivo que su competidora mayor, GM: US$ 18.900 contra 16.200 millones. Por otra parte, dispone de créditos rotativos por 10.800 millones, negociados con bancos en 2006. Por entonces, la compañía llegó a hipotecar el célebre óvalo azul. </p>
<p>De un modo u otro, el salvamento estatal de GM y Cerberus-Chrysler le viene muy bien a Ford. En realidad, la beneficiaria si evitase bancarrotas y un posterior efecto dominó, que arrasaría con autopartistas y otros proveedores comunes a las tres hermanas, capaz de alcanzar Canadá. Pero FM tiene una carta en la manga: el gobierno de Barack Obama planea una línea de US$ 9.000 millones para proteger a la industria. </p>