Por supuesto, hay un punto de contacto entre países subdesarrollados y EE.UU. hoy: cunden los despidos y la tasa de desempleo puede llegar a 9% durante el año entrante. Esto, la pasividad sindical y el creciente número de empresas que retacen aportes a los fondos jubilatorios del personal influye en las actitudes de patronal y asalariado.
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<p>Un grupo de empleadores, con el pretexto de evitar o limitar despidos, emula un modelo europeo: semanas de cuatro días o 36 horas. Pero también proponen “soluciones” más leoninas. Verbigracia, licencias sin goce de sueldo, congelamiento salarial, horarios determinados por la empresa y, claro, reducción de futuras pensiones. </p>
<p>En general, quienes fomentan esas opciones en el sector privado sostienen estar defendiendo las fuentes de trabajo. A veces, hasta logran convencer a la gente. Un reducto de ortodoxia neoclásica, la universidad Brandeis –por ejemplo-, sugirió este mes que trescientos profesores y auxiliares de cátedra renunciasen a 1% de sus pagas. </p>
<p>William Fleisch, miembro de la junta directiva y profesor de literatura inglesa, sostuvo alegremente que “haremos un gesto simbólico capaz de surtir consecuencias positivas”. Pero admitió que, en vísperas de Januká, sólo 30% del elenco había adherido. El docente estima en unos US$ 100.000 los ahorros anuales factibles sin apelar a suspensiones, licencias sin sueldo o despidos. </p>
<p>Ese tipo de “cooperación forzosa” para recortar costos no es del todo novedoso. Sí lo son los motivos, la lógica y su aceptación en determinados sectores, círculos o estamentos sociales. En síntesis, reflejan peculiaridades de la actual recesión, su potencial deflatorio –inclusive en el plano salarial-, el riesgo de una depresión y la mutante dinámica planteada por la crisis financiera occidental. </p>
<p>Sin llegar a extremos, desde que estalló la crisis de malas hipotecas (agosto de 2007) y, especialmente cuando generó la de liquidez (noviembre del mismo año), el sector privado norteamericano viene podando elencos laborales y postergando el reclutamiento de personal. Más tarde, ya en el tercer trimestre de 2008, en varias compañías los propios empleados comenzaron a aceptar “rebajas salariales indirectas”, lo cual lleva al deterioro de los planes jubilatorios 401 (k). Lógicamente, este factor hace que la gente mayor de cincuenta años se resista a esas “propuestas sí o sí”. Ante estas reacciones, una empresa tras otro se quieta el guante de seda y amenaza con medidas más drásticas. </p>
<p>Estas formas de “flexibilidad” cuentan con adherentes de relevancia. Entre ellas, Dell (vacaciones sin paga), Cisco Systems (cuatro días semanales), Motorota (rebaja de salarios), casinos Nevada (igual que CS), Honda (como Dell) y varios medios gráficos. </p>
Solución poco original: bajar salarios para no echar gente
Esto es común, por ejemplo, en economías periféricas donde la inflación se encarga de licuar ingresos reales sin tocar los nominales. Ahora algunos proponen o experimentan algo similar en Estados Unidos, pero con rebaja de los segundos.