Según opina Matt Richtel en The New York Times, a simple vista parecería otra historia más de “llegó la recesión” pero en este caso se advierten señales de que la caída en las ventas está revelando algo más importante: que el negocio de los celulares ya pasó su mejor momento. <br />
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El gran desafío es si la industria podrá seguir creciendo o si tocó su techo. ¿Cómo expendirse cuando más de la mitad de la población del planeta ya tiene por lo menos un aparato? <br />
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El problema se empieza a manifestar. El martes de esta semana Motorola anunció sus ganancias correspondientes al cuarto trimestre del 2008, que reflejan una pérdida de US$ 3.600 millones en esa parte del año. El año pasado, en el mismo período, había arrojado una ganancia de US$ 100 millones. En el año, las ventas cayeron 26% frente a las de 2007. <br />
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Pero sin duda el caso de la industria de teléfonos celulares no se parece al de las automotrices. Todavía se puede ganar mucho dinero vendiendo celulares, especialmente los que transmiten datos. <br />
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La industria tiene sus esperanzas puestas en una nueva generación de teléfonos inteligentes, más poderosos y mucho más caros. Hoy, esos aparatos comprenden 10% del mercado nacional en Estados Unidos y, claramente, tienen mucho espacio para crecer, no sólo allí sino en el mundo entero. <br />
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Un peligro para el crecimiento a largo plazo de los teléfonos inteligentes es su alto precio. El precio promedio de un iPhone de Apple es US$ 600 y la BlackBerry de Research in Motion cuesta US$ 370, según la consultora Broadpoint Amtech. <br />
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En comparación, los precios promedio de Motorola y Samsung (empresas con menos teléfonos inteligentes en su s inventarios) rondan los US$ 120. Seguramente con el tiempo van a bajar, todos, pero eso todavía significa que la industria de los celulares depende de que los consumidores decidan cambiar su teléfono por un producto más caro.
Celulares en problemas
Caen las ventas de celulares, los fabricantes ya anunciaron miles de despidos y a las transportadoras inalámbricas les resulta más difícil conseguir nuevos clientes.