<p>Lewis jamás podría decir, como algún antecesor, que su banco “quiere ser hegemónico en Estados Unidos, pues es su destino manifiesto”. Todavía es primero, pero no se sabe hasta cuándo. En lo tocante al presente CEO, encuestas realizadas hasta el viernes indican que, después de todo, será reelecto por apreciable diferencia.<br />
Pero eso quizá no morigere presiones de un gobierno federal cada días menos dispuesto a tolerar los costosos fracasos de un banquero tras otro. Poco antes de la asamblea, había un síntoma: 65% apoya a Leáis, pero algo más de 50% quiere separar la dirección ejecutiva de la presidencia de junta.<br />
Entretanto, las señales del exterior son feas. El martes, el sistema jubilatorio del personal californiano (el poderoso CalPers) anunció que votará contra los dieciocho directores del BofA. La entidad tiene 172 millones de acciones, 2,6% del paquete. Entre los motivos figura el escándalo en la venta de Merrill Lynch al banco (US$ 19.000 millones), también esgrimido por fiscales y funcionarios contra Lewis y su complicidad.<br />
Tampoco lo favorecen sus errores de 2008 . En primer lugar, comprar los restos de Bear Sterns y el inmobiliario IndyMac Bank. Pero lo peor fue la toma de Contrywide Financial, la mayor prestamista hipotecaria, por US$ 4.000 millones. Aclamada entonces en Wall Street como tabla de salvación en ese negocio, fue pésimo negocio. </p>
<p><br />
</p>
Kenneth Lewis, del Bank of America, podría sucumbir
Apretado entre el departamento del Tesoro y los accionistas, el director ejecutivo de BofA tal vez se vaya antes que Vikram Pandit, su colega de Citigroup. Quizá le queden apenas horas: hoy hay asamblea general.