“Si Fiat cumple metas como fabricar motores en Estados Unidos, antes de los plazos especificados, su parte en el paquete podría llegar a una mayoría”. Así señala ese memorando, recordando que la parte inicial está fijada en 20% del voto. <br />
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Luego, el preacuerdo marca aumentos de 5% cada uno, hasta completar 35% a fin de 2012. Este cronograma está sujeto a tres condiciones: los motores aludidos, un auto desarrollado en Detroit capaz de rendir quince kilómetros por litro de nafta y US$ 1.500 millones anuales en ventas fuera de EE.UU.-Canadá. <br />
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Si a esos puntos se añade la opción a los italianos para comprar otro 16%, su parte llegará a 51% a principios de 2013 o antes. Precisamente el contraste entre estos esquemas y los de General Motors para Opel en Alemania. Las negociaciones para definir la suerte de la marca incluyen un pedido de auxilio financiero (€ 3.700 millones) al gobierno federal.<br />
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De inmediato, Rolf Berndt, director un “lobby” ortodoxo germano, la fundación Friedrich Naumann, reiteró una postura tradicional suya: “las crisis de mercado se arreglan con más dosis de mercados”. Exactamente lo que recomendaba para Latinoamérica el extinto consenso de Washington (1989). <br />
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Saliendo de lo financiero, contexto original de aquella frase, el analista académico niega que la actual crisis sistémica refleje el descontrol de los mercados mismos. Por consiguiente, rechaza “la ola de estatizaciones que viven bancos y empresas en Europa”• y a la particulariza en el caso Opel. Pero, aun así, Berndt (ex asesor de la OCDE) acusa a la Reserva Federal. “Tras los ataques de 2001, ésta abandonó sus metas específicas y dejó crecer una burbuja que acabó estallando”. Pero, en realidad, esos atentados no influyeron en la economía, pese a la psicosis bélica gestada por George W.Bush y su gobierno. <br />
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Chrysler: control de Fiat asoma un debate en la UE
Una comunicación de Chrysler al juez del concurso señala que Fiat puede obtener mayoría accionaria antes de lo supuesto. Esgrimiendo justamente este caso, un analista alemán sostiene que ningún estado debiera salvar empresas privadas.