Quienes sospechaban que disparar proyectiles de corto alcance en el mar del Japón y amenazar con invadir Surcorea –un suicidio táctico- eran acciones distractivas, se ven reinvindicados por los hechos. Primero, los amagues bélicos se detuvieron, luego surgió este “joven líder”. <br />
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Para algunos observadores, no era una sorpresa. Desde enero, Kim Jon-un acompaña al padre, como éste lo hacía con el suyo en los últimos días del “gran líder”, Kim Il-sung. <br />
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Pero también parece haber habido una interna familiar. Como varón menor, Jon-un desplaza en el sucesorio al mayor, Kim Jong-nam, y el segundo, Kim Jong-chul. Al respecto, debe señalarse que Kim es el “apellido” o nombre de clan, en este caso muy extendido en la península. <br />
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En la sociedad norcoreana, más tradicionalista que la meridional, las mujeres no cuentan mucho. Según varias fuentes, en 2000 probó a Jong-nam como heredero. Pero era un cabeza fresca como su hermano Jong-chul, que fracasó en 2005. <br />
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Ahora la sucesión probablemente quede firme en los hombros del menor. Pero no le será fácil a este graduado con dos títulos occidentales que habla chino, inglés, francés y alemán. Quizá por ello el padre lo puso bajo la tutela de su tío materno, Jang Song-taek. Según el chino Zhang Liangwi, experto en Norcorea, Jong-il cree que vivirá lo bastante para concluir el proyecto bélico nuclear y un plan –algo delirante- para modificar los límites con Surcorea. Los militares apuestan a un deceso temprano. <br />
Kim Jong-il nombra heredero a su hijo menor Jon-un
Norcorea siempre soprende. O no tanto, quizás aquejado de un mal terminal, el dictador vitalicio quiere frustrar las ambiciones sucesorias de los militares. El príncipe tiene 26 años y estudió en Suiza.