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El producto bruto interno anualizado, sobre base mensual, parecía encarrilarse no hace mucho “pero no quedó claro si era un cambio de tendencia o sólo una pausa en un retroceso que no cede en forma sistémica”. Es advierte la entidad que encabeza el técnico, el comité sobre ciclos de negocios, a su vez parte del buró nacional de investigaciones económicas (NBER en la sigla inglesa).<br />
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Por supuesto, los ciclos largos o macrociclos -40 a 60 años promedio- son harina de otro costal y existen poquísimos economistas capaces de seguirlos. <br />
Sucede que los síntomas claves analizados por el grupo de calificados universitarios incluyen indicadores laborales. Justamente el viernes, el departamento federal de trabajo informaba que los despidos de mayo habían totalizado 345.000. Si bien el total de desocupados pasaba a representar 9,8% de la población activa, su aumento mensual era inferior que en septiembre-abril. <br />
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Por otra parte, en estas semanas la venta de viviendas usadas, la confianza del público y la actividad industrial sugieren una recesión que pierde intensidad. Por ejemplo, el instituto que reúne a los gerentes de compras (ISM, Cleveland) cree que sus propios indicadores denotan un aflojamiento de la retracción en mayo.<br />
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Otras fuentes, es este caso neoyorquinas, interpretan que el menor ritmo de despidos mensuales augura una recuperación inminente. Debe señalarse que el peor momento de esa estadística en treinta años se dio en marzo. “En 2000/1, demoramos largo tiempo para anunciar una reactivación porque nuestros indicadores diferían entre sí. En la actualidad –subraya Hall-, quizá debamos ser aún tan cautos como entonces respecto del ciclo recesivo”.</p>
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Demasiado pronto para dar por controlada la recesión
Si bien surgen signos de estabilidad tras la recesión iniciada en diciembre de 2007, es prematuro decir que la contracción ha terminado. El desempleo en 9,8% lo marca. Así señala Robert Hall, jefe del área que define oficialmente los ciclos cortos.