<p>Un poco la idea que prima es que las start-up necesitan entusiasmar a inversores y éstos no se sienten a gusto en sitios o blogs donde los muchachos tecnológicos hacen gala de sus conocimientos. <br />
Tal es la nueva forma de promocionar star-up en Silicon, Valley, donde la línea entre periodistas y todos los demás se están desdibujando y el número de seguidores que tiene un experto en Twitter a veces es más importante que las viejas mediciones como la circulación de un diario. <br />
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Pasaron los días cuando era necesarios mencionar las start-up en revistas y televisión o incluso poner avisos en sitios y blogs tecnológicos. Ahora los gurúes de relaciones públicas cortejan las voces más influyentes en la seb social para que den su apoyo a empresas nuevas, sitios o dispositivos. Esta es una transformación que analistas y profesionales dicen transformará para siempre el papel de las RR.PP en el mundo de los negocios y particularmente en Silicon Valley. <br />
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Si bien las relaciones públicas es apenas una flecha más en la colección de marketing para muchas compañíuas, juegan un papel especialmente importante en el área donde docenas de start-up nacen todos los meses. Sin dinero para publicidad, esas compañías desconocidas tienen que promocionarse ante posibles usuarios,k inversionistas, empleados y socios. <br />
En el nuevo mundo de medios sociales, la gente de relaciones públicas debe conocer centenares de escritores, bloggers y usuarios de Twitter en lugar de tener seis reporteros.<br />
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En el nuevo mundo de medios sociales, la gente de RR.PP. debe conocer a mucha gente que escribe blogs o que usa Twitter; eso se considera más útil que usar los servicios de los mejores reporteros. El ejemplo en este giro de actitud parece ofrecerlo Brook Hammerling, 35 años, fundadora de Brew Media Relations. Esta experta en relaciones públicas del medio tecnológica parece conocer a todos. Hasta logra que le atienda el teléfono larry Ellison, CEO de Oracla, cuando muchos periodistas no lo logran. <br />
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Brooke llegó a Silicon Valley de la costa este en 1997, junsto cuando la locura de las punto como se acercaba a su punto culminantes y se comenzaba a cimentar el papel fundamental de las RR.PP, en el mundo de las start-up. Y la evolución de sus propias tácticas corrieron en paralelo con las siempre cambiantes incursiones del marketing que hacen de esta área un caldo de cultivo para la experimentación promocional. <br />
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Dena Cook, socia comercial de Hammerling en Brew Media Relations, recuerda los años dorados cuando las start-up enviaban gordos cheques a las firmas de RR.PP que éstas e¡tenían que devolver poorque no tenían lugar para nuevos clienges. Cuando una <em>start- up </em>lograba acorralar a un asesor de RR.PP, no siempre importaba si tenía o no un negocio sólido. REcuerda que un diario regional sacó una gran nota laudatorio sobre uno de sus clientes el mismo día que la compañía cerró.<br />
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En aquellos días, las herramientas del negocio están limitadas a comunicados de prensa y cartas personalizadas y las consabidas fiestas. Esos acontecimientos incluían martinis y champagne, langosta y camarones. Todo eso celebraba empresas que todavía tenían que demostrar que podían ganar plata. En aquellos días, también llevaba unos seis meses llevar al mercado un producto nuevo, o una <em>start-up</em>. <br />
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Pero el surgimiento de los blogs y las redes sociales – y la capacidad de las empresas para postear información en sus propios sitios – transformó todo eso. Gradualmente desaparecieron los plazos y hasta las revistas mensuales ofrecían sitios que publicaban historias minuto a minuto. <br />
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Para las empresas nuevas que tratan de divulgar su mensaje, todo esto tiene sabor a liberación. Para los publicistas, la era del e-mail, de los blogs y de Twitter tiene la posibilidad de convertir a los profesionales en RR.PP en los guardianes de las puertas del negocio. <br />
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Una nueva forma de promocionar sitios nuevos en Silicon Valley
Se trata de dejar de lado los blogs para techies, para entendidos, y murmurarle al oído a todos los que integran el whos who de Silicon Valley. Una tarea que corresponde más a relaciones públicas que a publicidad.