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<p>Sin decirlo literalmente, Lula estatizará del todo un sector definido como estratégico. Algunos observadores se preguntan cómo se armoniza la iniciativa con el avanzado plan de combustibles alternativos cuya clave es el etanol de maíz. Brasil comparte con Estados Unidos el liderazgo mundial en la materia.<br />
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Aprestándose a un duro choque con la oposición conservadora, el texto incluye un punto inaceptable para el “lobby” privado: crear Petrosal, empresa que manejará los futuros contratos en la zona del Atlántico sur descubierta en 2007. Es una franja frente a las costas sudorientales de 800 kilómetros de largo por doscientos de ancho. Pero ya existe otra firma estatal, Petrobrás, con alcances hemisféricos.<br />
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Las reservas, bajo una capa salitrosa (unos mil metros), se estiman en torno de 45.000 millones de barriles. Los yacimientos se ubican a entre cinco mil y siete mil metros de profundidad más allá del zócalo continental. Las inversiones calculadas ascienden a unos US$ 210.000 millones constantes durante el decenio 2010-19.<br />
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Si las previsiones circulantes se confirman, Brasil elevará reservas cubicadas por 100.000 millones de barriles. Este volumen se compara sólo con Rusia, Saudiarabia, Canadá, Irán, Iraq, Unión de Emiratos Árabes, Venezuela y Kuweit. De norte a sur, el “presal” abarca las cuencas de Reconcavo, Espítitu santo, Campos y Santos. Al este de las dos últimas aparece la cuenca Malvinas norte, controlada por Gran Bretaña. Al sur, desde la boca del Plata, está la enorme plataforma epicontinental argentina, que comprende aquellas islas. <br />
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Brasil usa su petróleo para financiar planes sociales
El proyecto de ley elevado al Congreso pone en segundo plano a las empresas privadas, esencialmente extranjeras. Luiz Inácio da Silva hizo el anuncio acompañado por José Sarney, presidente del Senado y de imagen tan mala como la propia cámara alta.