<p>El viernes 4 de septiembre, Nicholas Winton, un británico de 100 años de edad, vio en Londres llegar un tren con 22 personas a las que salvó la vida en 1939. El convoy, que partió el pasado martes desde la estación central de Praga, hizo el mismo recorrido por el que, hace 70 años, Winton logró salvar la vida de 669 niños de la antigua Checoslovaquia cuando el país estaba ocupado por los nazis. <br />
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En 1939 el inglés Nicholas Winton, rescató a 669 niños checos de su trágico destino en los campos de exterminio nazis, pero su logro pasó desapercibido durante más de medio siglo. Durante cincuenta años la mayoría de los niños no supo a quién le debían la vida. La historia de Nicholas Winton sólo salió a la luz cuando su esposa Greta encontró un viejo portafolios de cuero en un altillo y encontró listas de los niños y cartas de sus padres. Ni siquiera a ella le había contado lo que había hecho durante la guerra.</p>
<p>Unos días antes de la Navidad de ese año, Winton ultimaba los detalles de un viaje de vacaciones a Suiza. Era joven, ganaba buen dinero y podía permitírselo. Sin embargo, una simple llamada telefónica desbarató sus planes de esquiar en los Alpes. Una llamada que cambiaría el curso de su vida para siempre.<br />
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Su amigo Martin Blake, quien trabajaba en un comité de ayuda para refugiados adultos de Checoslovaquia, parcialmente invadida por el Tercer Reich, le pedía ayuda. Inmediatamente Winton se comunicó con el <em>Refugee Children’s Movement </em>de Londres, movimiento que reunía a judíos, cuáqueros y diversos grupos de cristianos. La misión de esta organización era conseguir el alojamiento y el dinero que el gobierno británico exigía como garantías para aprobar el ingreso de refugiados europeos, perseguidos por el nazismo en virtud de una ley aprobada semanas antes del viaje de Winton a Checoslovquia.<br />
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La medida permitía tener refugiados siempre que fueran menores de 17 años. que además tuvieran un lugar donde alojarse y además con la condición que se depositaran cincuenta libras esterlinas (alrededor de 1500 dólares de hoy) por niño. Winton comenzó entonces una tarea frenética. Los nazis habían ocupado el Sudetenland, y el tiempo le jugaba en contra.</p>
<p>Instaló una oficina en una mesa de comedor en su hotel en la Plaza Wenceslas en Praga. El rumor del “Inglés de Wenceslas Square” se propagó y pronto se acercó un gran número de padres tratando de incluir a sus hijos en la lista que los pondría a salvo del avance nazi. “Era desesperante”, dijo después Winton, “cada grupo sentía que era el más urgente”.<br />
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A lo largo de nueve meses logró evacuar desde la estación Wilson de Praga a 669 niños en ocho trenes hacia Londres. El noveno tren, el más grande con 250 niños a bordo, debía salir de Praga el 3 de septiembre, pero ése fue el día en que Gran Bretaña declaró la guerra y el convoy no pudo salir de la estación. Nunca más se supo de los 250 pasajeros.</p>
<p>Hoy se cree que ya son más de 5.000 los llamados “niños Winton”, descendientes de los salvados por Nicholas.</p>
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El Schindler inglés, Nicholas Winton, vuelve a abrazar a los niños que salvó
Durante la Segunda Guerra Mundial, Winton salvó a 669 niños judío-checoslovacos haciéndolos salir en tren a Londres. En el septuagésimo aniversario del último de aquellos viajes, Winton, con 100 años, volvió a abrazar en la estación Liverpool de Londres, a 22 de aquellos niños, hoy entre los setenta y ochenta años.