<p>En verdad, tres pesos pesados –IBM, Intel, Google- acaban de declarar utilidades sorpresivamente buenas en el tercer trimestre. Inclusive, a Yahoo no le fue tan mal como se temía. Hace pocos días, por añadidura, Apple dejaba mudos a los inversores más optimistas destapando su mejor trimestre a valores corrientes: los ingresos en julio-septiembre ascendieron a US$ 9.900 millones. Esto es, 24% sobre un año antes. <br />
<br />
Al mismo tiempo, se supo que las inversiones de riesgo tornan al campo positivo. Por otra parte, Windows 7 (el flamante sistema operativo de Microsoft) tiene posibilidades de impulsar la demanda de computadoras personales y otros tipos conexos de hardware. Naturalmente, es lo que sostiene el gigante de <em>software</em>. <br />
<br />
Son buenas noticias, claro, pero están promoviendo un viejo vicio de <em>Silicon Valley</em>: inflar expectativas más de lo prudente. Otra vez, el sector se proclama a sí mismo salvador de la economía real. Algunos hasta anuncian que IT sacará al país de la recesión, pues sus inversiones generarán productividad y recrearán puestos laborales. Dos efectos difíciles de medir tratándose de intangibles. <br />
<br />
Las bondades reactivantes del segmento son empero objetos de debate. Tanto Forrester como Gartner, las mayores consultorías en TI, admiten que el bajón se detuvo en el tercer trimestre, puede empezar a revertirse en el actual y adquirirá ímpetu en el siguiente semestre. Pero, a partir de esas coincidencias, disienten sobre el grado de retroceso en 2007-9 y, esencialmente, en el ritmo de recuperación que la TI puede conferir a la economía general. <br />
<br />
Forrester es al mismo tiempo más pesimista y más optimista. Hace un mes, pronosticaba que las compras mundiales de TI habrán cedido 11,4% al terminar este año y totalizarán US$ 1,5 billones. Pero, en 2010, recobrarán 4,9%. En su propio informe, Gartner estima 5,2%, 3,3% y US$ 3,3 billones, una suma desmesurada.<br />
<br />
Semejante disparidad de proyecciones debiera enfriar predicciones. En primer lugar, los nuevos guarismos lucen mejor de cuanto valen, pues –tras caídas pronunciadas- los brotes se exageran. En segundo término, un dólar volátil distorsiona el cuadro. Mientras la divisa era relativamente fuerte, influía los resultados de firmas tecnológicas estadounidenses depreciando ingresos en el exterior. Hoy la creciente debilidad del dólar (este mes, el euro pasó de US$ 1,45 a picos de 1,505) mejora artificialmente sus números.<br />
Por otra parte, los excelentes trimestrales de Apple, Google o hasta Intel reflejan mayor demanda del público. Así, a Apple lo beneficia el auge de teléfonos inteligentes, a Google el aumento de visitante que ven avisos y a Intel la relativa popularidad de minicomputadoras portátiles (netbooks) que contienen sus microprocesadores.<br />
<br />
Pero, cifras alentadoras o no tanto, el sector TI por sí solo difícilmente saque la economía de la recesión. Más bien, ésta impulsará a la tecnología merced a crédito barato, paquetes de estímulo y mejora del salario real. De última, el sector tendrá su propia recuperación, pero le llevará tiempo. En ese cuadro, carece de sentido vender optimismo en seminarios como el de San Francisco y hasta resulta contraproducente. <br />
</p>
Tecnología informática: ¿un exceso de optimismo?
El reciente simposio 2.0 en San Francisco dictaminó que van disipándose las negras nubes sobre el negocio TI. Ergo, el sector reactivará otras áreas de la economía norteamericana. Pero las consultorías del rubro no se entusiasman tanto.