<p>Tras ocho días de preocupaciones sobre la estabilidad del pozo y la campana que retiene a magma “embotellado”, ahora los ingenieros del gobierno creen que los riesgos de reventón son mínimos. Por ende, podrán pronto bombear lodo y cemento de fraguado rápido para sellar definitivamente la columna.<br />
Este miércoles, Allen difundió un comunicado alentador, donde autoriza a mantener cerrado el pozo hasta jueves o viernes, si no más tiempo. Mientras tanto, el acosado director ejecutivo de British Petroleum, Anthony Hayward –según medios londinenses- redacta la renuncia.<br />
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Por el momento, únicamente el Times arriesga fecha: principios de septiembre. Al parecer, el tenso diálogo a puertas cerradas sostenido por el presidente Barack Obama y el primer ministro David Cameron, en la Casa Blanca, decidió la suerte de Hayward y la del presidente de junta, Karl-Erik Svanberg.<br />
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En tren de “faux pas”, Sheila Williams –portavoz de la compañía-, salió a romper lanzas en pro de sus jefes. A su juicio, Hayward “está firme al timón con pleno apoyo del directorio y los ejecutivos superiores”.<br />
Esta actitud parece responder a una política de optimismo forzado. A apenas semanas de comprometerse a juntar US$ 10.000 millones vendiendo parte del negocio, hoy se lanza a comprar bienes raíces y activos en EE.UU., Canadá y Egipto. <br />
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Pero BP lleva gastados ya casi US$ 4.000 millones en el derrame y debe reunir un fondo de 20.000 millones para cubrir indemnizaciones por daos y perjuicios en el norte del golfo de México. A criterio de algunos periódicos, la quijotada de Williams refleja una operación psicológica montada en la bolsa de Londres.</p>
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Según Washington, un túnel aliviador llegará al Macondo
El almirante Thaddeus Allen, a cargo de la emergencia, estima que el boquete alcanzará su objetivo para este fin de semana. El derrame probablemente se tapone por completo en una quincena, presume. Esto remite al plazo inicial, mediados de agosto.