<p>“Éste es un mundo cada día más prendado de tabletas capaces de hacerlo todo”, señala Eric Clemons, experto de Wharton. “Aislado, el lector electrónico puede reemplazar a los libros, pero afronta dura competencia de iPad, BlackPad y otros dispositivos similares aparecidos y por aparecer”.<br />
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El 21 de junio, B&N rebajó de US$ 260 a 200 su Nook y presentó una versión wi-fi a US$ 150. Poco después, Amazon redujo su Kindle de US$ 250 a 190. A principios de julio, Sony se sumó a la batalla bajando sus tres e-readers, que ahora cuestan de US$ 150 en más. Los tres dispositivos pueden conectarse a librerías en línea y permiten a los usuarios descargar contenidos digitales vía un servicio de tercera generación, redes wi-fi o una computadora personal.<br />
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En términos de participación en el mercado estadounidense, se considera líder a Amazon, seguida por Sony. Así indica la consultoría Forrester Research, que proyecta para Kindle, de la primera, ventas de 3.500.000 unidades este año. La minorista en línea afirma que el lector es su producto más demandado, aunque sin dar números.<br />
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Entretanto, una hueste de emprendedores se lanzará sobre el mercado de lectores electrónicos. Borders introdujo Kobo en el tercer trimestre de 2009 y ofrece una promoción añadiendo al precio (US$ 150) un bono de veinte dólares. News Corp adquirió recientemente Skiff ex Hearst, que fabrica su propio e-reader<br />
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No obstante, el elefante del mercado en lectores electrónico es el iPad de Apple. Clemons sostiene que –con librería propia e interfaz para libros digitales- “esta tableta reinventó el mercado en este tipo de minicomputadoras y arrincona al e-reader”. Al final, dispositivos multifuncionales como el iPad, que permite jugar, revisar correos electrónicos, aparte de leer textos, acabarán con los e-readers.</p>
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Tabletas: ¿serán el Waterloo de los lectores electrónicos?
Se libra una guerra de precios en el mercado norteamericano dee-readers. Barnes & Noble y Amazon.com pelean espacios para respectivamente Nook y Kindle. No obstante, la incógnita es si hay futuro para lectores electrónicos de libros, revistas, etc.
