viernes, 27 de diciembre de 2024

Los disturbios golpean a Yemen, Omán y Jordania

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Por ahora, el epicentro sigue en Egipto, donde millares de manifestantes siembran la violencia en El Cairo, Alejandría, Fayum, Suez. Ismailía, etc. Pero los primeros coletazos fuera del Magreb alcanzan a Jordania y el sur de la península arábiga.

<p>Por un lado, la gente exige la renuncia de Hosn&iacute; Mubarak. Por otro, su rival en las pr&oacute;ximas elecciones, Mohammed el-Baradei, volaba de Davos a Alejandr&iacute;a para parlamentar con el presidente. En ese momento, la &ldquo;mancha roja&rdquo; salpicaba T&uacute;nez &ndash;donde empez&oacute;-, Argelia, Sud&aacute;n norte, Egipto, Marruecos, Mauritaria, Jordania, Yemen y Om&aacute;n.<br />
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En Egipto, hay ya casi mil detenidos y m&aacute;s de cuarenta muertos. Durante la noche del mi&eacute;rcoles hubo nuevos intentos de tomar algunos edificios oficiales en el Cairo y otras ciudades. Seg&uacute;n fuentes israel&iacute;es y palestinas, son m&aacute;s de 400.000 los protagonistas de esos des&oacute;rdenes. En cuanto a el-Barad&eacute;i, sus alegados en Beirut creen que espera el viernes &ndash;domingo isl&aacute;mico- para reunirse con Mubarak y otros l&iacute;deres. Al mismo tiempo, Mu&rsquo;ammar Ghedafi ofrec&iacute;a Libia &ndash;es decir Tr&iacute;poli o Benghaz&iacute;- como sede neutral.<br />
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A esta altura, resulta claro, como se&ntilde;alan en Espa&ntilde;a, Francia, Turqu&iacute;a, Grecia, Italia e Israel, que el verdadero contagio no proviene de la peque&ntilde;a T&uacute;nez, sino de Egipto y sus ochenta millones de habitantes. Otro dato, en este caso de fuente palestina, es dram&aacute;tico: por vez primera, una explosi&oacute;n popular multi-isl&aacute;mica no se relaciona con el conflicto palestino, sino con problemas internos musulmanes.<br />
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Seg&uacute;n apunta un informe de la Comisi&oacute;n Europea, la fulminante ca&iacute;da de Zin Ben-Al&iacute; &ndash;acaban de pedir su captura a Interpol- desnuda la endeblez de las autocracias familiares o din&aacute;sticas. Si la violencia engloba no ya s&oacute;lo a Yemen, Om&aacute;n o Jordania y estalla en Saudiarabia, habr&aacute; una crisis en la custodia de los lugares santos, un r&eacute;gimen teocr&aacute;tico en lo pol&iacute;tico y religioso. Pero capitalista en lo econ&oacute;mico y financiero.<br />
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En este sentido, si la explosi&oacute;n egipcia acaba con Mubarak &ndash;peligro que sus aliados israel&iacute;es vislumbran-, el efecto domin&oacute; ser&aacute; imparable. M&aacute;xime si la divisi&oacute;n de Sud&aacute;n se combina con las guerras civiles en Darfur y Chad. Aun limit&aacute;ndose al Magreb (occidente en &aacute;rabe), el Islam afronta una crisis sociopol&iacute;tica inimaginable pocas semanas atr&aacute;s.<br />
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Por cierto, Washington y Bruselas debieran notar que Libia &ndash;casi una autocracia familiar- parece inmune al contagio debido a la pol&iacute;tica social y a un estado laico, pese a su pintoresco nombre oficial. En efecto, Ghadaf&iacute; mantiene la mezquita lejos del palacio. <br />
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