<p>Según las estadísticas del Banco Central brasileño, la inversión china acumulada durante 2010, ascendió a US$ 17 mil millones (sobre un total de US$ 48.460 millones). Apenas un año antes, en 2009, había sido de US$ 300 millones.<br />
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Buena parte de las exportaciones brasileñas (soja y mineral de hierro, entre otros productos básicos) tienen como destino a China.<br />
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Del mismo modo, las importaciones brasileñas de productos chinos va en ascenso, con la ayuda de un real revaluado, que disminuye la competitividad de la industria doméstica. Las autoridades brasileñas, el año pasado, llamaron a revaluar la divisa china por esta misma razón.<br />
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Algunas voces reclaman restricciones a las inversiones en minería, que incluirían cuotas obligatorias de abastecimiento del mercado interno.<br />
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La inmensa mayoría de la inversión china, canalizada a través de empresas con sede en un paraíso fiscal, Luxemburgo, se concentra en productos primarios.<br />
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La operación más importante hasta el presente, fue la compra de 40% en Repsol Brasil a través de la petrolera china Sinopect, por US$ 7.100 millones.<br />
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China y Brasil: dos socios con tensiones
Para el gigante sudamericano la noticia es muy buena: los chinos invierten como nunca en el país. Pero al mismo tiempo, los analistas advierten que se avecinan tensiones con la potencia asiática. Lo cierto es que en 2010, China fue el principal inversionista extranjero en el país vecino.