<p><strong>Tradicionales y prácticos</strong></p>
<p>Quienes visitan por primera vez una ciudad histórica japonesa podrían erróneamente suponer que todos los productos que compran reflejan cientos de años de la historia y tradiciones del lugar. Pero no siempre es así. Muchas veces la practicidad le gana a la tradición.</p>
<p>Un artículo<em> meibutsu </em>que refleja cabalmente siglos de tradiciones de Kyoto y las habilidades de sus artesanos es el <em>senshoku</em> (o textil teñido), que incluye productos como el kimono, que literalmente quiere decir “cosa para ponerse”. El <em>shenshok</em>u se originó como una necesidad para vestir al Emperador y la familia imperial al comienzo del período Nara (710-794 DC). Sin embargo, para el turista actual que visita Kyoto, comprar un kimono decente confeccionado por artesanos del lugar le costaría por lo menos varios miles de dólares además de ser difícil de transportar y guardar dada su fragilidad. Lo que los visitantes de Kyoto optan por comprar no es un verdadero objeto tradicional de la cultura lugareña sino un sencillo símbolo que es barato, fácil de llevar y regalar.</p>
<p>Esta cultura del meibutsu tiene importantes implicancias para el futuro económico, cultural y social del Japón. La capacidad que tiene de afectar varias facetas de la sociedad incluye no sólo más demanda de productos via branding, sino también mayor empleo, especialmente en áreas rurales, que pueden ayudar a estabilizar o aumentar la población total de esas regiones. Es obvio que el meibutsu es mucho más que un souvenir o un alimento. Es una herramienta social y económica que puede ser usada en beneficio de la sociedad japonesa por las generaciones venideras.</p>
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<p><em>Meibutsu</em> quiere decir “artículo famoso” pero representa la personalidad de cada una de las regiones con sus tradicionales culturales y sus estructuras comerciales.</p>
<p>La economía <em>meibutsu</em> es exclusivamente japonesa y tiene características que son muy diferentes de las de cualquier otro país con sus productos regionales. Cada una de las 47 zonas urbanas tiene su propia industria <em>meibutsu,</em> con mercados en permanente desarrollo y consumidores locales y extranjeros. El <em>meibutsu </em>tiene una naturaleza dinámica y la combinación que hace de lo viejo y lo nuevo se relaciona estrechamente con temas culturales, históricos y socioeconómicos del país. <br />
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Si bien el término tiene varios matices, generalmente incluye productos regionales agrícolas no procesados y artesanías. Según una definición “para que algo sea <em>meibutsu</em>, tiene que ser un producto especial, su creación debe requerir una habilidad o conocimiento especial que es privativa de la gente de una determinada región. Esta habilidad suele ser transmitida de generación en generación en una familia o grupo impidiendo a la vez que fuera de esa región se consiga la habilidad para producirlo.</p>
<p>La industria <em>meibutsu</em> gira alrededor de varios grupos de personas. Los productores pueden ser desde una cooperativa agraria hasta grandes fabricantes de bienes de consumo. Además los organismos estatales – como el Ministerio de Agricultura, Forestación y Pesca – vigila el control de calidad para los productos procesados mientras la oficina japonesa de patentes ayuda a los productores a cumplir con las políticas regionales de marcas comerciales. Los consumidores son por lo general turistas nacionales que ven el meibutsu como una especialidad única con alta calidad y otras características de la región productora.</p>
<p>Los <em>meibutsu</em> se compran a menudo como <em>omiyage</em>, o sea, como <em>souveni</em>r. Se encuentran entonces en las grandes tiendas por departamento y en las tiendas de recuerdos en todas las regiones del Japón.</p>