<p>Las consecuencias inmediatas son todavía muy difíciles de evaluar, pero relativamente fáciles de describir. Para empezar, está el enorme aparato industrial, golpeado por cierre de plantas como Sony (40% de su volumen), Toyota, el resto de las automotrices, etc. Combinando el síntoma con la crisis libia, significa que la recesión deflacionaria iniciada en 1990/1 y culminada en 1996/7 tiene posibilidades de prolongarse más allá de 2011.<br />
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Ahora bien, ¿llevará esto a una repatriación de ahorros e inversiones en el exterior? ¿Ocasionará el fenómeno estragos en los mercados especulativos y reales, con problemas para Estados Unidos y otros grandes deudores de Japón? Sólo en 2010, público, bancos y empresas colocaron US$ 166.000 millones, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional.<br />
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Si el sector público y privado retomasen los recursos necesarios para reconstruir la economía y la sociedad niponas, el flujo hacia fuera menguaría. A su vez, ello debilitaría el dólar y el euro, incrementando el costo de nueva deuda para EE.UU., la Eurozona, los fondos soberanos de Levante, etc.<br />
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Esos efectos empalmarían con un déficit fiscal japonés, por una parte. Por otra, la repatriación de colocaciones también podría –se nota en las aperturas bursátiles de este lunes- reapreciar el yen, con impacto adverso en las exportaciones. Al respecto analistas de Surcorea, Hong Kong, Shanghai o Singapur esperan que el Banco del Japón (central) intervenga para impedir que la moneda suba muy rápido.<br />
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En otro plano ¿qué sucederá con los mercados internacionales de combustibles? Ya durante el fin de semana, analistas de JPMorgan Chase, Nomura Securities o Morgan Stanley predecían extrema volatilidad de cotizaciones en el curso de varios días. Cabe recordar que Japón es el tercer importador de crudos, luego de EE.UU. y China. Las explosiones en usinas atómicas, a la larga, elevarán las compras de hidrocarburos y presionarán sobre los precios. Por de pronto, la agencia internacional de energía y combustibles (AIEC) estima en 375.000 barriles diarios adicionales, que se agregarán a los 4.250 millones “normales”.</p>
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Un desastre peor que la segunda guerra mundial
Ahora, los problemas son dos. Primero, la sombra de Chernobyl o Three-Mile Island en el plano nuclear. Segundo, los efectos del maremoto y las réplicas del sismo no sólo en Japón como teme el primer ministros-, sino en la economía del mundo.