<p>Lo anterior es una descripción nada exagerada de algunos economistas, en particular Paul Krugman, Nobel 2008. Al respecto, toma la propuesta del legislador republicano Paul Ryan, que la gente seria define como valiente. Comienza advirtiendo que “se viene una crisis inevitable del endeudamiento inevitable si no afrontamos el déficit fiscal”. <br />
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Pero, “en vez de proponer aumentar tributos pide bajarlos. Por ejemplo, llevarlos al mínimo desde 1931 para los sectores más ricos, un gesto casi ofertista que huele a la revolución conservadora de Ronald Reagan”.<br />
Semejantes rebajas hacen que el esquema Ryan dependa de recortes salvajes en gastos. Naturalmente, “recaerán sobre los sectores más pobres y vulnerables. De hecho, acabarán incrementando el déficit”. Al lado de este fundamentalismo social, el proyecto de Barack Obama –lavado y todo- es muy superior. <br />
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Al menos, los conservadores prevén llevar las tasas sobre altos ingresos a los niveles en tiempos de William J.Clinton. Pero preserva el resto de las reducciones efectuadas por George W.Bush, originalmente vendidas a la opinión pública como forma de generar superávit.<br />
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“Otro error intencional del ofertismo. Por consiguiente, esta nueva propuesta –sostiene Krugman- sigue condicionada a enormes recortes fiscales. Aunque en verdad, no llegue al equilibrio presupuestario”. <br />
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Ahora bien ¿por qué alguien volvería al contexto Bush, que fue un grave error, afirmando que el presunto aumento de ingresos fiscales será clave para disminuir el déficit? En rigor, “la clave de la propuesta Ryan es un plan para privatizar y desfinanciar el sistema de atención médica (Medicare). Pero esto no contraerá el déficit en los próximos diez años fiscales. <br />
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Entonces, se impulsan brutales disminuciones en desmedro de ayuda a los necesitados. Por el contrario, elevar impuestos es una vía más rápida”.</p>
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¿Bajar tasas o subirlas para atacar la inflación?
Los debates presupuestarios suelen girar sobre un punto: Estados Unidos está en crisis y es preciso ser drástico. Vale decir, mantener los tipos de interés lo más bajos posible, si no seguir reduciéndolos. Pero ¿no sería mejor elevarlos?…