<p>En realidad, lo único nuevo es que la Reserva Federal haya convocado a reunión de prensa. Otro punto interesante fue dar estado público a previsiones macroeconómicas de corto plazo. En ese contexto, el presidente del banco central admitió que, en el mediano, “las expectativas inflacionarias no se han modificado en meses”.<br />
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Ahí deslizó su peculiar visión sobre hidrocarburos: “nosotros no podemor emitir petróleo ni controlar el ritmo de crecimiento en las economías emergentes”. En cuanto al lado político o social, “es difícil culpar al público estadounidense por su impaciencia. El estado de las cosas dista de ser como nos gustaría. La mezcla de desempleo, precios y embargos hipotecarios altos es terrible y muchas familias lo pasan mal”. Tampoco aquí Bernanke dijo nada nuevo.<br />
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Mientras tanto, la RF se aferra a tasas referenciales casi cero y no da fecha para el fin de la flexbilidad monetaria (quantitative easing). No obstante, al terminar el programa pro compra de bonos soberanos, el banco central ha decidido no abordar otras medidas para promover la expansión de la economía física. Ello pese a que ésta haya mostrado signos de vacilar en el primer trimestre, segundo del ejercicio fiscal 2010/11.<br />
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En primera instancia, la reacción de los mercados bursátiles y financieros fue cauta. Por otra parte, inversores y especuladores golpearon al dólar, que cedió a € 0,675, o sea un alza del euro a US$ 1,48. Probablemente, pese de antemano el informe trimestral del departamento de comercio, que revelará este jueves cierta desaceleración en el crecimiento (a un ritmo de apenas 2% anual).<br />
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RF: adiós a estímulos y sin noticias sobre tasas
Ante medio centenar de medios, Benjamin Bernanke aludió a un dólar fuerte y estable. Habló como su antecesor Alan Greenspan. Tal vez por ello, el euro llegaba este jueves al máximo de US$ 1,48. Sus comentarios sobre el petróleo parecieron una broma.