<p>DSK, como lo llamaban, remitió la dimisión el miércoles por la noche. Al punto, el consejo ejecutivo del FMI la aceptó y designó como director interino al ortodoxo John Lipsky, que planeaba dejar en agosto la vicedirección. “Deseo proteger a una institución que he servido con honor y devoción. Ahora –señala este economista de 62 años- debo dedicarme a probar mi inocencia”. Varios analistas en París, Londres y Nueva York creen que el ex funcionario no tiene sentido de la realidad, inclusive la jurídica.<br />
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Por ejemplo, el arresto ha replanteado la campaña presidencial francesa en claro favor de su rival centroderechista, Nicolas Sarkozy y en desmedro de la ultraderechista Marina Le Pen. Sin el fantasma de un triunfo socialista en segunda vuelta –el partido no tiene susbtituto de DSK-, Sarkozy festeja de antemano. En tono irónico, alguien aludió a “hábitos de un Benjamin Franklin francés”.<br />
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Pero la puja real hace a la conducción del FMI. Esta se dará probablemente entre Europa occidental (“dueña” del cargo desde 1945) y el bloque de economías emergentes que actúan en el grupo de los 20. Existen algunos con claras aspiraciones, entre ellos Rusia, Brasil, Sudafrica, Canadá, Japón, China y Turquía. En el último caso, opera un cabildeo alrededor de Kemal Derviş, técnico sólidamente relacionado con los grupos de los 8 y los 20.<br />
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“Strauss-Kahn proyecta una larga sombra en la entidad”, sostiene Manmohán Singh, primer ministro indio. “Sin su presencia, los europeos se abroquelarán en defensa de privilegios que llevan 66 años de vigencia. Pero esta sucesión se les complicará porque su alfil, Estados Unidos, no es árbitro indiscutible”, apuntan en Toronto. Resulta ilustrativo que Argentina lamente el fin de DSK y Amado Boudou, ministro de hacienda, se pronuncie por elegir algún país emergente de peso. <br />
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Se fue Strauss-Kahn. Ahora vienen los problemas
Dominique Strauss-Kahn fue llevado a renunciar, por presiones anglosajonas, como director gerente del Fondo Monetario Internacional. También cayó su candidatura presidencial en Francia. Ésta, Argentina y unos pocos salieron a defender su gestión.