<p>Este miércoles, al amanecer, los tanques de la guardia republicana –fuerza de choque alawita, secta minoritaria donde militan los Assad- irrumpía en Dyisr as-Shughur, extremo noroesre del paìs y frontera turca. Ahí, sostiene Damasco, un centenar de policías fue masacrado por “bandas de rebeldes”. Pero fuentes opositoras afirman que fue un episodio de una interna entre facciones de propio régimen. O sea, alawitas contra sunnitas (mayoría en Siria).</p>
<p>La nueva etapa represiva parte de una orden general, señalan las redes sociales desde el Líbano: “disparar a mansalva sobre grupos superiores a diez personas, menores inclusive”. Exactamente las mismas instrucciones emitió Hafel as-Assad padre en 1982. En esa ocasión, se liquidaron en Hama miles de hermanos musulmanes.</p>
<p>Las columnas de blindados, hoy, no se limitan a grupos de civiles. También hunden puertas, arrasan casas y mezquitas. Cerca de Alepo y hacia el noroeste de Hama, los 40.000 habitantesde Dyisr as-Shughur residen casi pegados a Turquía, donde la comunicación insurgente circula sin trabas.</p>
<p>Naturalmente, los policías muertos son el pretexto esgrimido por Hafez as-Assad hijo y sus hermanos. Según datos de Amnesty International (Londres, Beirut), del millar aproximado de muertos hasta el domingo, unos 420 cayeron en Dera’a, sur de Siria, cerca de la frontera jordana y no lejos de la zona ocupada por Israel desde 1967.<br />
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Siria: blindados acentúan la represión urbana
Otra semana del mártir agrega unos 120 policías muertos. El saldo acumula unas mil víctimas en tres meses de furia opositora y violencia gubernamental. Seis días de torturas y el asesinato erigen a Hamza Alí al-Jatib (13 años) en estandarte.