<p>Lagarde misma reveló que los fundamentos del plan están definidos. En Roma, al mismo tiempo, representantes de grandes instituciones crediticias debaten desde este martes cómo hacer para evitar, precisamente, un cese de pagos heleno.<br />
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Vittorio Grilli, director de la tesoreria italiana y jefe del comité financiero de la Unión Europea (CF), reúne hoy a entidades como Banque Nationale de Paris/Banque de Paris et des Pays, Société Générale, Commerzbank, Deutsche Bank, Bank of Tokyo y Banca Intesa-Sanpaolo. Lo curioso es que hayan invitado a un personaje como Charles Dallara, gestor de un peligroso lobby, el Instituto de Finanzas Internacionales. <br />
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En líneas generales, el nuevo “plan B” (o “plan C”, ironizaba Paul Krugman) se basa en una propuesta francesa, Sería, presumen analistas británicos, una reestructuración voluntaria basada en prorrogar vencimientos de títulos soberanos entre siete y treinta años. El punto recuerda al arreglo argentino de 2004, denostado a gritos por Dallara y Nicola Stock, abogado de bonistas que quedaron fuera del canje. Hoy el primero cambia de bando.<br />
Hay diferencias inevitables, claro. Por ejemplo, la flexibilización de plazos sería sobre la mitad de la deuda titulizada; o sea, unos € 180.000 millones. Por su parte, los bancos acreedores de hecho canjearían 70% de esos bonos entre ahora y 2014 por 50% en papeles a treinta años.<br />
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Vuelven allí memorias de Argentina, Turquía, Rusia, Malasia o Tailandia. Los rindes, en efecto, contendrían una cláusula indexatoria ligada al producto bruto griego. Restaría 20% en “stock de alta calidad”, base a su vez de un eventual fondo de garantía para futuros bonos. Este complejo esquema será tratado el próximo fin de semana en el Eurogrupo (dieciséis de diecisiete adherentes a la moneda única).<br />
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Pero hay una incógnita: ¿qué sucederá con el saneamiento por € 78.000 millones que debe votar el parlamento ateniense este miércoles? Aparte, hay pesimistas como el suizo Josef Ackermann, poderoso director ejecutivo del Deutsche Bank. A su juicio, “Grecia vive una situación crítica, pero no nos apuremos como quieren dirigentes políticos franceses, alemanes o italianos”.</p>
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Desde ahora, el plan B se llama pacto de Roma
Pero proviene de París. Nicolas Sarkozy anunció que los bancos franceses apoyarán una apreciable renegociación de la deuda. Su ministra de hacienda, Christine Lagarde, dijo que no se dejará caer a Grecia ni al euro. Y China la respalda en el FMI.