<p>Los detalles, en realidad, no desvelan a Faruk Shami. Este empresario de Asia oriental hizo una opción heterodoxa cuando debía aumentar la producción de equipos para peluquerías. En vez de ensanchar instalaciones existentes, abrió una sucursal en Texas de Faruk Systems. Según lo ve este emprendedor, “si digo que mi producto se fabrica en Estados Unidos, le creo buena imagen y eso ayuda a expandirme”</p>
<p>La decisión data de 2007 y le permitió a Faruk prescindir de tercerizadores en China o Surcorea, en favor de norteamericanos. Por consiguiente, su empresa (provee equipos especializados a peluqueros comerciales) llevó la dotación texana de 400 a 2.000 personas. Ya este año, 80% del volumen mundial se fabrica en Texas, contra 20% en 2007.</p>
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<p>Según Shami, los costos de producción son apenas superiores a los chinos y el personal es más eficiente. “Puedo tomar sólo quince individuos para hacer lo que en oriente se precisan setenta”. A criterio de Harold Sirkin, de Boston Consulting Group (BCG), “esta experiencia bien podría anticipar un desplazamiento de tendencias en varias industrias” En efecto, la consultora acaba de publicar un estudio sobre el tema.<br />
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Sirkin cree que hasta tres millones de puestos laborales podrían generarse hacia 2020 sólo “reimportando” mano de obra de China a EE.UU. Alrededor de 25% se vinculará directamente a la industria. El resto procederá de la construcción y los servicios reales, relacionados justamente con la manufactura. Estos pronósticos son considerados plausibles por Robert Mittelstaedt, catedrático en la universidad estadual de Arizona. <br />
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El informe de BCG aparece tras un decenio en cuyo curso EE.UU. ha perdido 5.700.000 puestos en la manufactura. De paso, su posición de líder en materia industrial. De acuerdo con otra consultora, IHS Global Insight, China le arrebató la primacía a EE.UU. en 2010, luego de un siglo al frente.</p>
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Vuelven a crecer los productos hechos en EE.UU.
En realidad, cuesta traducir bien Made in America sin irritar a los vecinos latinoamericanos, al menos mientras EE.UU. insista en ser América. Pero los matices no impiden un nuevo auge de bienes fabricados al norte, no al sur del río Bravo.