<p>Un buen jefe puede hacernos sentir involucrados y con libertad de acción en el trabajo, puede mantenernos fuera de los tironeos políticos y también puede detectar y enriquecer nuestros puntos fuertes. <br />
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Pero un mal jefe tiene la capacidad de lograr que el mejor sueldo y la mejor tarea nos resulten insoportables. No sólo conseguirá que odiemos por lo menos 80% de nuestra semana laboral sino que también podrían sufrir nuestras relaciones personales. Un estudio reciente realizado en la universidad de Baylor (Texas, Estados Unidos), descubrió que el estrés y la tensión provocados por un jefe abusivo “afecta la relación marital y, por ende, toda la familia del empleado sufre”. <br />
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El abuso de un supervisor no siempre es evidente como una explosión a los gritos; puede ser que se enoje con nosotros sin motivo, que ignore nuestras ideas en una reunión o simplemente que sea grosero y crítico con nuestro trabajo sin ofrecer ninguna manera constructiva para mejorarlo. Merideth Ferguson, coautora del estudio y profesora de management en Baylor explica que “podría ocurrir que el abuso del supervisor aumente la tensión en la relación, que el empleado esté menos motivado o dispuesto a las interacciones positivas con la pareja y otros miembros de la familia.”<br />
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Se puede tratar de combatir los efectos de un mal jefe, sea hablando cara a cara o pedir que nos pasen a otro departamento, o solicitar la ayuda de RRHH. Pero ninguna de esas tácticas garantiza mejoras, y a menudo, generan más tensión. La mejor solución es tratar de descubrir cómo va a ser nuestro jefe antes de que se convierta en nuestro jefe. Aquí, cinco maneras de saber cómo es el entrevistador.<br />
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<strong>1. El uso de los pronombres. </strong>Según el consultor John Brubaker, dice que lo más revelador de un jefe es su elección de pronombres y el contexto en que los usa. Si el (o la) entrevistador(a) usa “usted” para comunicar información negativa (por ejemplo “usted va a tener que manejar mucha ambigüedad) no espere tener un mentor. Si elige la palabra “yo” para describir el éxito del departamento, allí hay una bandera roja. Si dice “ellos” con relación a un determinado desafío para el equipo o la compañía, podría indicar que desvía la responsabilidad y pone la culpa afuera.</p>
<p><strong>2. Preocupación por nuestros hobbies.</strong> Hay una delgada línea entre entablar una relación genuina y sonsacar información, de modo que conteste con cuidado. Es posible que tenga un interés genuino en saber si usted esté muy involucrado con las obras de caridad.La pregunta, en ese caso, no tiene un doble sentido. Es curiosidad con intención de conocerlo. Pero también podría estar tratando de determinar si usted tiene demasiados compromisos fuera del trabajo. Legalmente no puede preguntar si usted está casado o si tiene hijos, entonces escarbar en su vida personal puede ser una forma inteligente de entender cuán disponible estará usted.<br />
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<strong>3. Están distraídos.</strong> La era del email, los BlackBerrys y otros teléfonos inteligentes ha hecho que la gente acepte hábitos de comunicación poco respetuosos en nombre del trabajo. Particularmente en una oficina, leer un email mientras una persona está hablando, hacer “multi-tasking en una llamada en conferencia y mirar los mensajes en el Blackberry en medio de una conversación, son cosas que se han vuelto la norma de las comunicaciones empresariales. Pero el entrevistador, cualquiera sea su rol en la compañía, debería estar esforzándose por hacer una buena impresión, y eso requiere apagar todas las herramientas tecnológicas para darle a usted toda su atención. Si el entrevistador está mirando emails mientras usted habla, o aceptando llamadas, o llega tarde a la entrevista, no espere tener un jefe que se haga tiempo para usted.<br />
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<strong>4. No dan respuestas directas.</strong> Caren Goldberg, doctora en recursos humanos, dice que lo más revelador son las respuestas vagas a nuestra preguntas. Preste atención a las pausas, a las incomodidades o a las respuestas demasiado genéricas cuando usted pregunte qué pasó con la persona que tenía el cargo para el cual usted se postula y qué creó la necesidad de contratar a alguien. Por ejemplo, si le dicen que la persona no encajaba en la compañía podría indicar que el lugar no dedica mucho tiempo a desarrollo de empleados y los culpa cuando las cosas no van bien.<br />
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5. <strong>Ellos tienen una historia.</strong> Pregunte al jefe potencial si lleva mucho tiempo en la compañía, en ese cargo y dónde trabajó antes de llegar a él para tener una idea de su estilo gerencial. Por ejemplo, los jefes que saltan de una gran corporación a una empresa pequeña pueden tener un estilo de liderazgo más formal. Por otro lado, los entrepreneurs tienden a involucrarse apasionadamente en el negocio, lo cual puede ser una ayuda o un inconveniente, según cómo sea nuestro estilo de trabajar.</p>
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