<p>Son tres ensayistas y escritores norteamericanos con opiniones no siempre gratas para quienes veneran la memoria de Jobs y lo llaman el “Leonardo da Vinci de Cupertino”. Por ejemplo, Franzen, habitual crítico de Barack Obama y los militares, se niega a “comentar el fallecimiento del gurú. Por el momento, prima mi odio a Apple y su omnipotencia”.</p>
<p>Por supuesto, quien haya leído Freedom conoce su animadversión por el difunto profeta de <em>Silicon Valley</em>. Interpelado por el New York Times, Safran Foer es más verborrágico: “si bien Steve Jobs era sin duda un genio, no queda demostrado que sus aportes mejoren la calidad de vida. Por el contrario, -sostiene el autor de Everything is Illuminated-, puede argumentarse que hoy el mundo es un lugar menos sensato y conectado, en sentido estricto, por culpa de iPhone e iPad”.</p>
<br />
<p>Menos terminante, McInerney (<em>A Thousand Lights in New York</em>, novela) reconoce que Jobs “tornó sexy y accesible la tecnología informática. Era el único operador en el valle con alma de artista Pero su herencia cultural es contradictoria. Nos ha convertido en esclavos de un semimonopolio llamado Apple, que modifica modos de trabajar, jugar y vivir”.<br />
<br />
Hablando con <em>Vanity Fair</em> hace dos años, Safran Foer confesó que no poseía siquiera una iPad. “Amo la idea de que, al contrario, un libro nos evoque lo corpóreo, lo humano, lo tangible”.</p>
<p> </p>
<p> </p>
<p> </p>
<p> </p>
<p> </p>
<p> </p>
<p> </p>
No todos aprecian los productos de Apple
Según Jay McInerney, la tecnología nos libera, pero nos somete a las empresas. A su vez, para Jonathan Safran Foer, las invenciones de Steve Jobs no mejoran la vida. Más radical, Jonathan Franzen detesta a Apple y sus creaciones.