<p>Esta inesperada vuelta de la volatilidad señala que es preciso “soslayar la autocomplacencia y centrarse en el crecimiento económico –afirma el analista Paul Taylor-, sin dejar de atacar de deuda e impedir que la politiquería interna arruine el pastel”. Hasta la reaparición de ciertos síntomas, tres acontecimientos habían apaciguado los mercados financieros. Los mismos que, a fines del año pasado, apostaban a licuar una moneda única que había aguantado trece años.<br />
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“La dirigencia de la Eurozona, en efecto, suscribió un pacto fiscal, obra de Alemania. El instrumento reforzaba cánones de disciplina presupuestaria a menudo soslayados en países tan claves como España e Italia. Ahora ambos están afrontando duros recortes de gastos (Madrid los encara este viernes) y draconianas reformas laborales”.<br />
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En las últimas semanas, Grecia logró evitar la insolvencia obteniendo un segundo paquete de rescate (€ 143.000 millones) y un arreglo con acreedores privados para contraer esos pasivos. Sin embargo, este jueves Standard & Poor’s se declaró disconforme con el salvataje.<br />
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Hasta ese momento, “dos enormes inyecciones de liquidez -apunta el experto-, dispuestas por el Banco Central Europeo (€ 1, 4 billones) impidieron un ahogamiento del crédito, el consiguiente colapso de bancos y un infierno en la plaza de bonos soberanos. Como siempre sucede, el emisor se convierte en prestamista de última instancia”.<br />
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Ya en el segundo trimestre, la Unión Europea deberá decidir cómo manejar ese blindaje técnico o firewall. Terminando marzo, en la cumbre informal del Eurogrupo (Copenhague), Angela Merkel ha de afrontar una decisión crucial: permitir o no que la Eurozona combine sus actuales rescates provisorios con futuros salvamentos permanentes. Ello implica también una reserva para emergencias.<br />
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En otra cumbre, la celebrada en Delhi por los seis principales países emergentes (China, India, Rusia, Brasil, Sudáfrica), la primera volvió a presionar a la Eurozona para que aporte más fondos al firewall. Sólo así, Beijing –y Washington- aumentarán los recursos del Fondo Monetario Internacional. Ante la resistencia del público alemán a los rescates, Merkel podría señalar que no hay necesidad de un fondo salvaestados más cuantioso. <br />
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Si le retacean refuerzos al FMI –apunta Taylor-, las tensiones tornarán a un mercado aún bajo anestesia pero no todavía curado. Esto refleja una contradicción entre necesidad de disminuir deudas y estimular la expansión económica, ingrediente sin el cual la primera aumentará en lugar de reducirse.</p>
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Eurocrisis: ¿signos de un mal crónico?
Días atrás, la periferia europea emergía de la crisis estallada a mediados de 2011, efecto del sobre endeudamiento que castigó a economías expuestas. Pero el rebrote especulativo del jueves denota una enfermedad estructural, no una convalecencia.