<p>Calentitos, así hay que mantener a los bebés a la hora de vacunarlos. O por lo menos así lo asegura un estudio de la Universidad del Hospital de niños Comer en Chicago, publicado en la revista científica Pain. El mejor remedio para el llanto que provocan las agujas, más allá de los pequeños trucos de pediatras, es arroparlos y aumentarles la temperatura corporal.</p>
<p>El estudio, que incluyó a 47 recién nacidos, probó que los bebés lloraban menos cuando los cubrían con mantas que cuando les daban píldoras de azúcar o juguetes para distraerse antes de ser vacunados. Uno de los autores del informe dijo que “aumentar la temperatura corporal es más natural, fácil y eficiente” que los otros procedimientos.</p>
<p>Para los padres de todo el mundo la hora de las inyecciones es una verdadera afrenta a sus nervios; el llanto desconsolado suele provocar mucho estrés. En los primeros meses de vida los análisis de sangre y las vacunas son procedimientos comunes que requieren creatividad y paciencia para consolar a los más chicos. Como usar drogas para aliviar el dolor durante esos años está contraindicado, las técnicas de distracción son las más usadas. Las píldoras de azúcar son el tratamiento más común pero los pediatras no confían del todo en su efectividad.</p>
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En el estudio los niños fueron repartidos en tres grupos: aquellos que recibirían más calor durante las vacunas de la hepatitis B, los que ingerirían azúcar y los que recibirían un juguete para chupar. Al momento de las inyecciones las reacciones de los bebés fueron grabadas en video: su llanto, sí, pero también sus muecas y ritmo cardíaco.</p>
<p>Se comprobó que los que recibieron calor dejaban de llorar mucho antes que los demás. Un cuarto de los bebés con temperaturas corporales más elevadas no lloraron para nada. El dato que más sorprendió fue el del azúcar: todos los bebés de la muestra lloraron.</p>
<p>La conclusión del equipo del Hospital de niños Cromer en Chicago fue que “proveer calor durante vacunas dolorosas decrece el llanto que usualmente producen esos procedimientos. La exposición a una fuente de calor externa es más natural y efectiva que el uso de analgésicos o de sacarosa”.</p>
<p>Aunque la muestra fue muy pequeña -47 casos no hacen a la regla- los autores del estudio instan a que se investigue más a fondo sobre esta técnica que, si efectiva, podría ser usada por doctores en todo el mundo. Las madres, mientras tanto, agradecidas.</p>
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Calor, el mejor aliado a la hora de vacunar bebés
Según un estudio aparecido en la publicación científica Pain mantener a los bebés arropados durante la administración de las primeras vacunas podría aliviar el dolor que provocan las inyecciones.