<p>Por primera vez en la historia, Egipto tendrá un presidente electo, civil y musulmán. Morsi venció por escaso margen al representante del Ejército y del viejo régimen, Ahmed Shafiq.</p>
<p>Tras varios días de espera, el gobierno militar anunció este sábado el resultado de la segunda vuelta de las elecciones y este domingo decenas de miles de simpatizantes festejaban en la Plaza Tahrir, donde hace ya más de un año comenzaron las revueltas populares que contagiaron a otros países de la región en lo que luego se llamó “la primavera árabe”.</p>
<p>La Junta militar, ya había disuelto el Parlamento, con mayoría islamista y para terminar de consolidar su poder, ha emitido un texto constitucional en virtud del cual se hace cargo del Legislativo, se otorga el derecho de veto de facto sobre la redacción de la Carta Magna y se reserva todos los asuntos relacionados con la defensa del país. Con esta batería de medidas, se ha garantizado que una victoria islamista no borre al Ejército del mapa del poder.</p>
<p>“Soy el presidente de todos los egipcios, sin excepción”, dijo Morsi en su primera intervención como jefe de Estado. Una comparecencia en la que, en un tono cordial, prometió proseguir con la revolución y respetar los tratados internacionales, entre los que está el de paz firmado con Israel en 1979 -aunque no se refirió a él de forma explícita.</p>
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Un presidente islamista en Egipto
Mohamed Morsi, el candidato de la Hermandad Musulmana fue declarado Presidente con 51% de los votos, pero la junta militar que gobierna y preparó las elecciones, lo ha hecho de tal manera que el nuevo presidente tendrá poco margen de maniobra.