El negocio musical fue el primero en ser afectado por la revolución digital. Pero no está muerto quien pelea: luego de varios intentos por revivir la actividad, 2012 trajo buenas noticias con un repunte de 0,3%. ¿La recuperación ha comenzado o se trata de suerte pasajera?
Hace más de una década las ganancias eran de US$ 38.000 millones para una actividad pujante. El crecimiento de 0,3% significa, solamente, US$ 16.500 millones según la Federación Internacional de la Industria Fonográfica. No son monedas pero tampoco la fortuna de 1999, el último año de vacas gordas. Sin embargo podría ser un empujón psicológico que ayude propulsar el negocio.
“Está claro que 2012 significó una recuperación para la industria musical, que está en el camino de la recuperación”, dijo Frances Moore, director de la federación. Durante muchos años la situación fue distinta: costó mucho llegar a un modelo de negocios que pueda competir legalmente contra la tentación de la piratería. Los CD han muerto pero iTunes y la música digital le han dado nueva vida a una actividad que, paradójicamente, había sido dada por muerta por los mismos internautas.
Las ganancias proceden de diferentes lugares. Aunque iTunes y las plataformas de venta de singles y albums siguen creciendo, la verdadera promesa son las plataformas por suscripción como Spotify, Rhapsody y Muve Music que tienen, combinadas, 20 millones de usuarios en todo el mundo. En mercados estables no paran de crecer; no tanto así en mercados emergentes como China y Rusia donde la ilegalidad premia a la hora de bajar música.
Hay otras razones para preocuparse. La quiebra de la mayor cadena de productos musicales, HMV, aceleró la decadencia del reino del CD. Y en Estados Unidos las ventas también bajaron. Los analistas son optimistas pero cautos: saben que hay espacios para la recuperación pero que el camino, como escribieron Los Beatles, será “largo y sinuoso”.