El cónsul general de Oficina de Intereses de Cuba en Washington, Llanio González, reveló que el Gobierno de Raúl Castro desea ahora facilitar la repatriación de los cubanos residentes en el extranjero, pero sobre todo en el sur de la península de Florida, con capitales para invertir en su país, según consigna la edición americana de El País.
“La isla está en un proceso de actualización del modelo económico e institucionalización. Va a ver una nueva ley de inversión extranjera donde, por supuesto, van a estar incluidos los cubanos”, ha explicado el diplomático a un grupo de compatriotas que, desde el exilio, han promovido siempre el levantamiento del bloqueo económico que mantiene Estados Unidos contra Cuba.
Gracias a un permiso concedido por el Departamento de Estado para salir de Washington, el cónsul Llanio González y el vicecónsul Armado Bencomo llegaron a Miami el domingo pasado para entrevistarse con empresarios y organizaciones de la diáspora afines al castrismo, y explicarles el alcance y las bondades de la reformas aprobadas por Raúl Castro desde 2010.
Aún bajo ciertas restricciones, esa flexibilización permitió que los cubanos residentes en la isla viajen, establezcan pequeños negocios y realicen operaciones de compraventa. Uno de estos grupos, la Alianza Martiana, difundió el martes un vídeo con parte de la exposición del diplomático.
El cónsul González transmitió que no ha sido el Gobierno cubano el que durante todos estos años ha impedido el regreso de los expatriados, sino el embargo que desde los años sesenta del siglo XX mantiene Estados Unidos contra Cuba.
Argumentó: “Siempre los cubanos que viven en el exterior han estado incluidos (en las leyes de inversión). Lo que pasa es que también muchos de ustedes residen aquí y la ley del bloqueo les prohíbe muchas de estas cuestiones”.
A través de la reforma migratoria que entró en vigor el 14 de enero pasado, La Habana aspira a revertir a su favor los efectos, sobre todo, de la Ley de Ajuste Cubano, promulgada en 1966, que otorga beneficios migratorios y sociales a los expatriados de la isla que permanezcan en Estados Unidos por más de un año.
Hasta que la flexibilización de los movimientos migratorios de los cubanos fuera aprobada por la administración de Raúl Castro en el marco de las reformas sociales y económicas anunciadas en 2010, los cubanos residentes en Estados Unidos que deseaban visitar la isla debían solicitar visa por cada viaje y eso cambió, afirma González, con el nuevo trámite de la “habilitación”.
La habilitación permite estar tres meses en Cuba. Hay muchas personas que tienen la facilidad de ir y venir, y ya prácticamente viven en los dos lados. La letra chica establece que este permiso de viaje se otorga una vez y no se vence, salvo que se haga algo muy fuerte contra el país o campañas en contra el gobierno.
Al permitir la “repatriación”, se les abre a cubanos de la diáspora la posibilidad de comprar casas e invertir en la isla o abrir un negocio, con lo cual pueden tener sus propiedades en un lado y residir y tener ciudadanía estadounidense y pueden viajar cada tres meses.
El significado que le dan a agenda familiar es viajes, que un día, cuando se elimine lo del bloqueo, se pueda tener y cobrar el retiro en Cuba, con asistencia médica que sirva para ser atendidos.
Fue esta la segunda visita que hizo el cónsul González a una ciudad del sur de Florida en 2013 para promover el regreso a la isla de la diáspora y del capital que han generado en Estados Unidos durante estas décadas de exilio.
El primer viaje ocurrió a finales de marzo, cuando González y otros funcionarios de la Oficina de Intereses en Washington participaron en una conferencia, en Tampa, que se llamó: “Acercamiento hacia Cuba: bueno para Tampa, bueno para Florida, bueno para Estados Unidos” y que fue organizada por la Alianza para la Fundación de una Política Responsable hacia Cuba.
Hace dos años, la misma organización invitó al cónsul y a otros funcionarios cubanos a un evento similar, pero el Departamento de Estado había negado los permisos de viaje.