Meg Whitman llegó a HP cundo la compañía acababa de atravesar un periodo de profunda inestabilidad gerencial con idas y vueltas estratégicas. Se propuso reconvertir la compañía en cinco años. En los primeros tres, dio un claro ejemplo de liderazgo fuerte que generó buenos resultados. Fijó una estrategia clara, introdujo nuevo management, mejoró el humor del personal y aumentó la satisfacción de los socios. Redujo costos y pagó deuda. Las ganancias mejoraron y el último trimestre HP logró mostrar un modesto aumento en los ingresos. Este éxito se reflejó en el precio de la acción, que saltó de US$ 12 en noviembre 2012 a US$ 35 hoy.
Este firme liderazgo generó estabilidad, pero la compañía evitó hacer grandes apuestas. No hizo ninguna compra importante, como Lenovo ni tampoco imitó a IBM que vendió unidades de negocios. Esto puede entenderse si se tiene en cuenta la accidentada historia de la compañía con sus adquisiciones, la más reciente, con Autonomy. Tampoco el equipo de I&D generó ninguna novedad de esas que dan vuelta el tablero y permiten crear o entrar a una nueva categoría multimillonaria.
El plan de Whitman debía haber hecho un poco más que dar estabilidad. Parece que HP evaluó muchas alternativas distintas y la conclusión fue que había que había que animarse a partir en dos la empresa, una medida que seguramente agradará a los accionistas activistas. Este es un plan diferente del que tenía su predecesor, Léo Apotheker, quien quería vender la división PC a un comprador desconocido. El plan es crear dos compañías que coticen en bolsa, cada una independiente de la otra. Esto, que antes no se podía hacer, es posible ahora porque mejoró mucho la salud financiera de la unidad de PC. HP Inc. Venderá computadoras personales e impresoras y tendrá como CEO a Dion Weisler y a Meg como presidenta del directorio. A su vez, Meg será CEO de Hewlett-Packard Enterprise, con Patricia ruso como presidenta del directorio.
Muchos aspectos positivos
Las dos HP tendrán un foco estratégico más estrecho. Las iniciativas acertadas tendrán un impacto más directo en los resultados y elevarán el precio de las acciones. Esos precios se podrán usar entonces para motivar y retener talento. Ambas empresas podrán evaluar compras sin competir entre sí por atención de la gerencia o de capital y podrán vender sus iniciativas a los inversores.
Hewlett-Packard Enterprise evaluará, para el largo plazo, adquisiciones en seguridad, software para nube, servidores y analytics. Por su parte HP Inc. Estudiará teléfonos inteligentes e impresión en 3D.
La separación presenta una oportunidad ideal para deshacerse de burocracia y sistemas internos anticuados. Desaparecerán las torres de marfil, inventarán sistemas y es probable que ambas compañías puedan reducir sus gastos administrativos y de ventas. Esto es lo que algunos observadores llaman “liberar valor para el accionista”.
Es probable que pronto Meg se vea en una situación algo incómoda con relación a su papel en ambas compañías. El negocio cambia con tanta rapidez que será casi imposible impedir que compitan ambas compañías independientes.