La participación de las mujeres en el mercado de trabajo ha tenido un importante crecimiento en los últimos 30 años. En 1980, la Población Económicamente Activa (PEA) femenina representaba a 32% de las mujeres, mientras que en 2011, la tasa fue de 48,7%. Si a este dato se agrega que en los últimos 50 años las mujeres jefas de hogar pasaron de 4,9% a 34,5%, podemos rápidamente observar que el fortalecimiento de su rol repercute positivamente en la sociedad y en el crecimiento de la economía y las empresas, sostienen desde Unilever.
“Más de 70% de nuestros consumidores son mujeres, y por lo tanto tienen un rol fundamental en el posicionamiento de la marca y sus comunicaciones. Un claro ejemplo es el de Dove, que a escala mundial, desde el lanzamiento de la Campaña por la Belleza Real en 2003, ha aumentado su facturación de € 2,2 billones a € 3,7 billones. Esto demuestra que podemos construir una marca con una misión social que contribuye con valores positivos a la sociedad, logrando a la vez una presencia incremental en el mercado”, afirma Laura Barnator, vicepresidente de Ventas para Argentina.
“La mejor manera de acelerar el movimiento por la igualdad de género es comenzar por casa, transformando nuestras propias empresas e industrias para crear una sociedad donde las mujeres estén verdaderamente potenciadas. En este sentido, en Unilever nos propusimos como objetivo crear una organización equilibrada en cuanto al género, logrando que en 2014 el 45% de los empleados en la Argentina sean mujeres, y que a su vez, se sientan acompañadas con una serie de iniciativas en torno a la maternidad, que le permiten, entre otras cosas, optar por trabajar part-time durante tres meses a la vuelta de su licencia, tener a disposición un lactario y contar con un programa organizado para acompañarlas en las diferentes etapas de su embarazo”, comenta Melina Cao, directora de Recursos Humanos de Unilever Cono Sur.