Los bonos argentinos se mantienen con precios firmes y este hecho puede explicarse en las expectativas que operan en los mercados frente al próximo cambio de gobierno; sin embargo tanto los desequilibrios de los precios relativos como de tipo de cambio y la situación externa mantienen en lo local la incertidumbre, afirma el coordinador del Centro de Investigación y Medición Económica de la Escuela de Negocios de la Universidad Nacional de San Martín, Enrique Déntice.
En el Panorama económico y financiero número 113, analiza que la inflación continúa alta si bien se desacelera y dicha lectura se aprecia tanto en el índice oficial como en los alternativos.
Esta situación obedece a varios factores entre los cuales la disminución del precio de las materias primas agrícolas, la caída de precio del petróleo y un ralentizado nivel de actividad económica, permite pensar que esta desaceleración descomprimiría la presión sobre los aumentos salariales solicitados por los gremios en la negociación de paritarias.
El sector industrial se desenvuelve entre el estancamiento, la fuerte modificación de la moneda brasileña y la apreciación del dólar estadounidense. El escenario del 2014 marca la 3ra. caída consecutiva anual (-2,5%), llevando esto a no ser muy optimista para el 2015 en términos de desempeño sectorial.
Tanto en el sector privado como en el público hay preocupación por la disminución de la oferta de divisas producto de la merma del comercio bilateral argentino-brasileño.
Se descuenta una caída en las exportaciones y ello implica un aumento en la brecha de competitividad entre la producción local y la brasilera. Durante 2014, el sector financiero por 6to. año consecutivo ha mostrado un resultado positivo siendo este de $46.900 millones frente a los $29.000 millones del 2013 debido en gran medida al fuerte impulso de la banca pública.
Al observar los elementos que han permitido alcanzar estos resultados, los mismos se explican fundamentalmente en la tenencia de activos públicos más que en la intermediación financiera.
Se verifica que el incremento de la tasa de interés operado por la autoridad monetaria ha tenido el claro objetivo de aumentar la demanda de pesos y esto llevó a los bancos a direccionar la liquidez al sector público, vía LEBACS, en detrimento del sector privado.
La soja en los pasados 12 meses, ha caído 25% en su cotización y entre enero-marzo de 2015 lo ha hecho en un 4%. En base a las proyecciones del USDA, la producción de soja en EE.UU. sería de 108 millones tons., Brasil unos 94,5 millones tons y Argentina: 56 millones tons.
La caída de precios de los commodities, impacta en el saldo comercial y resta divisas, donde ya su ausencia es un problema producto no sólo de los precios externos de las materias primas sino de la relación del tipo de cambio y el nivel de precios local.
La marcha de la economía del Brasil y la evolución del tema de los holdouts son dos elementos a monitorear.
En el caso de Brasil es importante observar la fuerte depreciación del Real y su impacto en la relación comercial bilateral, ya que representa el 20% de las exportaciones totales argentinas, el 51% de las exportaciones automotrices y ya registra el 23% de caída, sin olvidar el impacto en las economías regionales.
En el caso de los holdouts, por su implicancia en la tasa de interés a pagar por colocaciones de deuda, ante una vuelta a los mercados de crédito externo.
Se deduce de esta manera que la estrategia hasta el momento ha sido ceder crecimiento como la mejor opción ante una escalada de precios o una corrida cambiaria, mediante el ancla en el tipo de cambio y la desaceleración de precios y esto es entendible, en la necesidad de reducir incertidumbre en una economía de memoria dolarizada.
El nivel de actividad para este año no tiene otro objetivo que buscar la posibilidad de recuperar la pérdida del 2014, y ello de la mano del estímulo al consumo con la liberación de algunos insumos importados y donde el rebote podría no darse debido a la falta de divisas y la necesidad de financiar una política fiscal expansiva, teniendo en cuenta el proceso eleccionario que se celebrará los próximos meses.
El nivel de actividad del sector manufacturero se percibe desde comienzos del 2015 con restricciones, consecuencia de la caída de la producción automotriz y de los otros sectores con menor peso específico.
Los resultados de enero muestran una producción automotor relativamente baja respecto al año anterior, sin embargo entendemos que el comportamiento sectorial solo podrá ser predecible con la comparación de febrero.
Maquinaria agrícola presenta un resultado declinante y con impacto para las economías regionales. Maquinarias y equipos, textil, plásticos, refinerías, metálicas básicas, papel, productos farmacéuticos y bebidas abarcan el conjunto sectorial en caída.
El sector alimentos es potenciado por molienda y aceites, al igual que despacho de cemento, únicos rubros con aumentos en la variación interanual.
En el mercado de cambios se observa calma; dólar oficial que en su evolución no compensa el avance de la inflación y que mantiene una brecha de 50%con el dólar no oficial, un nivel de reservas de u$s. 30.000 millones en promedio.
En este escenario la demanda de divisas aumenta mientras de la oferta (de divisas agrícola) no acompaña como se esperaba por la estacionalidad, ya que el agro aporta menos.
La política de mantener reservas para sostener tipo de cambio tiene su costo: nivel de actividad como el descrito y en el medio o largo plazo es inflacionario.
El sistema financiero, por su parte, se muestra líquido explicado esto en el crédito nulo en su demanda y en el crecimiento de los depósitos en pesos.
Con reservas limitadas, los aportes del swap chino y la emisión de bonos de YPF aportan vía cuenta capital la posibilidad de prolongar hasta octubre una baja volatilidad en el tipo de cambio.